miércoles, 26 de septiembre de 2018

La batalla de Barcelona

El acreditado diario El País, en su edición de hoy, en las páginas de opinión, adjunta un muy interesante artículo, firmado por Joaquim Coll.  

Por considerar que dicho artículo puede ser del interés de nuestros seguidores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi

Joaquim Coll, Barcelona. Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona, especializado en la política de los siglos XIX y XX  Ha sido también profesor asociado en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue presidente de la Fundación Joan Boscà. Fue uno de los impulsores de la organización de Federalistes d'Esquerres. Es colaborador en diversos medios de comunicación, como, El PeriódicoEl País, diario digital Crónica Global, etc. 



Barcelona, ciudad (fotografía de Google) 




La batalla de Barcelona


Las próximas elecciones municipales pueden suponer que en la capital catalana se exacerben las tensiones secesionistas o bien se experimente un punto de inflexión. Conquistar la alcaldía es la clave


por. Joaquim Coll 

El País

26/09/2018 



Entre las batallas de las próximas elecciones municipales, la de Barcelona promete ser particularmente relevante porque puede agudizar la tensión secesionista o marcar un positivo punto de inflexión. No olvidemos que uno de los factores que dieron seguridad a Artur Mas para lanzarse en 2012 a la aventura del procés fue el hecho de que CiU conquistase el año anterior la capital catalana tras 32 años de alcaldes socialistas. Con el Ayuntamiento en manos de Xavier Trias, la Generalitat pudo llevar a cabo sin contrapesos institucionales la gigantesca operación de propaganda en torno al Tricentenario de 1714, con un ultranacionalista como Quim Torra dirigiendo el centro cultural del Born. Fue una campaña orientada a legitimar la recuperación de ese “Estado propio” perdido y, consecuentemente, a impulsar la consulta soberanista de 2014, que en algunos casos se llevó a cabo en escuelas municipales. Al año siguiente, el resultado electoral en Barcelona influyó también en el curso del procés.  Trias perdió la alcaldía a manos de una advenediza, Ada Colau, y ERC, que el año anterior había ganado las europeas, empató en tercera posición con Ciudadanos. La suma de ambas decepciones, la de los convergentes y de los republicanos, abrió la puerta a la lista unitaria de JxSí para las autonómicas de septiembre de 2015 que, con carácter plebiscitario, Mas había anunciado con mucha anterioridad, derrumbando la negativa de Oriol Junqueras a concurrir en una única candidatura.

Si en 2011 Trias pudo arrebatar a Jordi Hereu la alcaldía, no fue por la fuerza de su liderazgo, sino porque los materiales de la Barcelona socialista estaban muy erosionados, a lo que contribuyó el agónico final de la etapa Zapatero y el impacto del movimiento 15-M. Ese año, CiU se alzó por primera vez con la victoria en unas elecciones generales, mientras el PP catalán quedó en tercera posición, como en los mejores tiempos de Aznar. Sin embargo, la creciente tensión secesionista imposibilitó el acuerdo estable entre las derechas para gobernar Barcelona, con lo que a mitad del mandato el nuevo alcalde empezó a perder votaciones en el pleno. Pronto se evidenció la ausencia de un proyecto de ciudad y la mediocridad de su gestión hasta el punto de que acabó siendo reprobado tras los graves disturbios por el desalojo de Can Vies, un centro social ocupado en el barrio de Sants. Cuando en la noche electoral Trias constató su derrota, se dirigió a Mas diciéndole que lo sentía sobre todo por él. En efecto, bajo su mandato el Consistorio barcelonés hizo un seguidismo absoluto de las políticas del Govern, a quien socorrió financieramente ante la situación de bancarrota de la Generalitat. Y aunque Colau simpatizaba con el procés y se había hecho independentista de ocasión, su inesperada victoria dio alas a un nuevo espacio político en Cataluña, el de los comunes, en sintonía con la ola morada que en mayo de 2015 alcanzó el poder en los grandes municipios de España. Entre el constitucionalismo y el separatismo, se creó un tercer espacio, favorable a un referéndum pero muy heterogéneo en cuanto a la secesión, que en la práctica ha hecho de dique de contención frente a la vía unilateral.

Aunque Colau simpatizaba con el procés, su inesperada victoria dio alas a un nuevo espacio político en Cataluña

Si bien Colau se alzó con una victoria pírrica (11 concejales sobre 41), por un momento pareció que su fortaleza era mayor: ERC y PSC la invistieron con mayoría absoluta para no negarle la legitimidad del cambio que encarnaba. Y, sin embargo, la alcaldesa no ha podido fraguar en todos estos años ningún consenso de ciudad, ha sufrido crecientes reveses en el pleno y su gestión ha sido reprobada hasta tres veces. Solo el primer año pudo sacar adelante los presupuestos por la vía ordinaria, mientras que el resto del mandato ha vivido un auténtico vía crucis hasta llegar a un último verano horrible en seguridad, limpieza y civismo. El equipo de Colau ha sido víctima de su arrogancia y del desprecio hacia la gestión del que hace política municipal desde el sectarismo ideológico. La dinámica destructiva del procés también ha pasado factura a la alcaldesa al hacer inviable su deseo inicial de un tripartito con republicanos y socialistas por el rechazo de los primeros a gobernar con una fuerza constitucionalista. Aunque finalmente el PSC sí se incorporó a su equipo, fue expulsado de malos modos tras la aplicación del artículo 155 por una maniobra de los sectores más soberanistas de los comunes ante la incapacidad de Colau por salvaguardar la autonomía de su proyecto municipal. Fue un grave error que solo ha hecho acentuar el desgobierno de la ciudad y acelerar la dinámica preelectoral para las municipales de mayo.

La única fórmula ambiciosa es la candidatura del exprimer ministro francés Manuel Valls

A pocos meses de esas elecciones, la impresión es que el espacio de los comunes (ese PSUC del siglo XXI con el que el dimitido Xavier Domènech soñaba) no ha cuajado. Aunque Colau mantiene un cierto atractivo mediático, no es una figura respetada más allá de sus bases, a diferencia, por ejemplo, de Manuela Carmena en Madrid. Ha tirado por la borda la posibilidad de reinventar el maragallismo por la izquierda y creado un fuerte rechazo hacia su persona con gestos oportunistas y un afán ridículo de notoriedad. Las municipales están muy abiertas y van a convertirse en una batalla política trascendente. También en una oportunidad para poner encima de la mesa las necesidades de la metrópolis (por ejemplo, en infraestructuras o vivienda) que tanto el procés como el adanismo de Colau han orillado. La espantada de Alfred Bosch para ceder el paso a Ernest Maragall (por eso del apellido) señala que los independentistas irán en listas separadas, lo que deja a los neoconvergentes de Puigdemont en una posición complicada y ante la duda sobre quién puede ser su mejor alcaldable. En el lado constitucionalista, el PP corre el riesgo de desaparecer del Consistorio, mientras el PSC aspira solo a rehacerse del descalabro electoral de 2015 con Jaume Collboni de nuevo. La única fórmula ambiciosa es la candidatura del ex primer ministro francés Manuel Valls, barcelonés y muy activo desde hace tiempo en su crítica al separatismo y a los populismos en Europa. Si bien recibiría el apoyo de Ciudadanos, se trata en realidad de un candidato independiente que quiere ir más allá de los partidos. Su reto es liderar una lista transversal con un discurso potente de ciudad global y metropolitana, pero sin olvidar que las elecciones se ganan en los barrios en torno a los problemas concretos. Pese a las dificultades de algo tan novedoso, puede ser un factor disruptivo en la política catalana y, si triunfa, podría liberar a Barcelona de la tensión secesionista que ha impedido gobernarla desde 2011 atendiendo a sus auténticas necesidades.

lunes, 24 de septiembre de 2018

El desacato permanente de los políticos a la Justicia

Ignacio Varela, periodista, escribe para el diario digital El Confidencial un acertado e interesante articulo de opinión. Escrito en el que elblogdefcosvi en  su mayoría coincide con el mismo, es más consideramos un escándalo político se cuestione la Justicia y se permita,  como se está cuestionando principalmente por parte de los, a nuestro criterio, los de la argucia política disfrazada de independencia y de todo lo que haga falta y más, éstos junto sus adláteres: determinadas organizaciones civiles,  medios de comunicación, periodistas y principalmente por mayor vergüenza, los públicos. 

Por considerar que dicho artículo publicado en el diario digital El Confidencial, y firmado por Ignacio Valera, puede ser de interés de nuestros seguidores lo adjuntamos en elblogdefcosvi.  



Diario digital, El Confidencial 

Una Cierta Mirada



Acertada ilustración de Raúl Arias, la cual se adjunta en el escrito de opinión firmado por, Ignacio Varela. 




El desacato permanente de los políticos a la Justicia

Es un hábito de los políticos españoles acusar a jueces y fiscales de prevaricar ante cualquier resolución molesta para sus intereses


por: Ignacio Varela 

Una cierta mirada

diario digitalEl Confidencial 

24/09/2018



Últimamente no hay declaración de un dirigente político sobre actuaciones recientes de jueces o fiscales que no contenga un desacato, expreso o sugerido. Cada vez que se lamentan de la judicialización de la política, debe traducirse “que los malditos jueces no metan las narices en nuestro negociado”.

Lo más grave a este respecto está sucediendo con el conflicto de Cataluña. Los discursos chocan entre sí, pero coinciden en el mal trato hacia la Justicia.

Los independentistas violentan todos los principios que rigen un Estado de derecho. Exigen que el Gobierno domeñe al Ministerio Fiscal a cambio de un voto en los Presupuestos, descartan de antemano un juicio justo y amenazan con una segunda insurrección ante cualquier sentencia que no sea absolutoria. En realidad, sería más coherente en ellos rechazar sin más que una potencia extranjera como España juzgue a ciudadanos de la gloriosa República Catalana.

En el otro campo también hay quienes deploran que los jueces intervengan ante hechos manifiestamente delictivos —como si pudieran hacer otra cosa—. El farisaico mensaje de que “los conflictos políticos se resuelven en la política y no en los juzgados” admite dos lecturas posibles:

O consideran que entre el 6 de septiembre y el 27 de octubre de 2017 nadie en Cataluña cometió delito alguno, y en tal caso deberían explicitarlo y argumentarlo; o reclaman que, por el hecho ser políticos los presuntos delincuentes, los jueces deberían haber hecho la vista gorda y permitir que ellos arreglen el estropicio negociando (lo que, por cierto, hasta ahora han sido incapaces de hacer).

Sánchez, Calvo, Borrell, Ábalos: todos segregan la idea de que las decisiones judiciales son la causa de que el conflicto siga abierto en canal

Uno imagina que cuando se habla de que la solución tiene que producirse “en el marco de la ley”, ello incluye que el poder judicial haga el trabajo que la Constitución le atribuye. ¿O eso no forma parte de la ley?

Quizá lo más indignante en este momento sea la insidiosa especie, que antes provenía sólo de fuerzas extraconstitucionales, según la cual los jueces se habrían convertido en el mayor obstáculo para solucionar el conflicto de Cataluña. Su actuación se presenta como una intrusión perturbadora que estaría impidiendo a nuestros bienamados líderes resolver amistosamente un conflicto que las togas han envenenado.

El Gobierno parece haber comprado ese discurso falsario, y no cesa de diseminarlo. Sánchez, Calvo, Borrell, Ábalos: todos segregan concertadamente la idea de que las decisiones judiciales son la causa de que el conflicto siga abierto en canal a pesar del providencial advenimiento de Sánchez con sus superpoderes desinflamatorios. Si el Supremo no se hubiera entrometido, esto lo solucionábamos en una merienda en Moncloa con Junqueras y Puigdetorra, junto a la fuente de Guiomar.

Es una intoxicación falsa y peligrosa, además de irresponsable. No fueron los jueces quienes provocaron la sublevación. Fue la insania de los dirigentes nacionalistas, ayudada por la ineptitud del Gobierno y de los partidos españoles. El embotamiento de Rajoy, los vaivenes de Sánchez, el aprovechamiento de Rivera para escalar en las encuestas, la insensatez de Iglesias, el calculado hermafroditismo político de Colau.

Iceta cometió el error de prometer indultos anticipados en plena campaña electoral. Ahora lo rescata Cunillera como “una cuestión de humanidad”. No, señora, antes y ahora decir eso desde el Gobierno es un dislate y una falta de respeto a quienes tienen la difícil misión de juzgar.

Los jueces están cumpliendo su obligación. Lo hizo el Tribunal Constitucional al invalidar las decisiones ilegales de los rebeldes que secuestraron la Generalitat, y lo hace el Tribunal Supremo al aplicar el Código Penal a una banda de (presuntos) delincuentes. Puede discutirse tal o cual resolución judicial, pero blanquear la propia incompetencia culpando a los jueces de la situación es una procacidad.

Asistimos a una campaña demagógica que presenta cualquier modalidad de aforamiento como un privilegio y lo equipara a impunidad

El factor decisivo para frenar el golpe no fue el Gobierno ni los partidos, sino la acción de la Justicia. Y sigue siendo así. Torra reconoce que lo único que le disuade de encabezar una nueva insurrección es el temor a verse ante un juez que lo envíe a prisión. No tienen miedo a Sánchez, a Casado o a Rivera, se lo tienen al Supremo. No injurian al Gobierno anterior ni al actual, sino al Rey. Ellos saben muy bien quién los paró cuando ya paladeaban el éxito.

Es un infortunio que el Gobierno de Sánchez haya quebrado la cohesión de los partidos constitucionales por preservar los votos independentistas que le dan la vida. Pero aún peor sería que, además, provocara una fractura entre los poderes del Estado.

Otro ejemplo: los especuladores de la regeneración han puesto de moda el tema de los aforamientos. Es cierto que, como excepción procesal, no parece razonable que se apliquen a un cuarto de millón de ciudadanos. Habría que revisar caso por caso y delito por delito; en unos estará justificado y en otros no, y quizás en la mayoría perdió el sentido que tuvo en el pasado.

Pero en el reino de la brocha gorda, los matices son un estorbo. Asistimos a una campaña demagógica que presenta cualquier modalidad de aforamiento como un privilegio (presuponiendo que el tribunal superior siempre será benévolo con el poderoso) y lo equipara a impunidad. Se denuncia entre aspavientos como una licencia para delinquir de la que únicamente disfrutarían los adversarios políticos.

Un fiscal del Tribunal Supremo emite un escrito recomendando el archivo del llamado caso Casado. Unos lo celebran y otros lo denigran, pero todos dan por hecho que los magistrados seguirán sumisamente ese criterio por venir de quien viene.

El Partido Popular lo vende falazmente como si quedara convalidado, no solo jurídica sino moralmente, el máster 'fake' de su líder. Lo cierto es que el fiscal solo ha emitido la opinión técnica de que los hechos conocidos no encajan en el tipo penal de la prevaricación, y el de cohecho, que sería aplicable al caso, habría prescrito. No entra, porque no es su función, en la valoración ética de la forma turbia en que el joven Casado obtuvo el famoso máster. La Justicia se ocupa de los delitos, no de las golferías; el veredicto sobre estas corresponde a la sociedad.

Por su parte, los partidos contrariados descalifican tanto al fiscal como al propio tribunal, que aún no ha dicho una palabra al respecto. Según Ciudadanos, sin el escudo del aforamiento, Casado ya estaría en el trullo. Según el eminente jurisconsulto Echenique, el fiscal y los magistrados del Supremo son simples esbirros del PP.

Es un hábito de los políticos españoles acusar a jueces y fiscales de prevaricar ante cualquier resolución molesta para sus intereses. Habría que ver su reacción si los órganos de la Justicia se lanzaran a valorar sus decisiones políticas con la misma insolencia, oportunismo y falta de rigor con que ellos pontifican sobre autos y sentencias.

domingo, 23 de septiembre de 2018

¿No tan mujer?

El  acreditado diario El País, en su revista, El País semanal, adjunta un magnífico escrito, otro, del escritor Javier Marías, (Madrid). Un escrito que debería de sonrojar a más de una feminista, como así  a las tantas organizaciones que existen.  Por considerar que dicho articulo será del interés de nuestros seguidores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi.

Javier Marías, licenciado en Filosofía y Letras   por la Universidad Complutense de Madrid, escritor, traductor y editor.  Miembro de número de la Real Academia Española, donde ocupa el sillón «R». Colaborador en diversos medios de comunicación de la prensa escrita, tanto de España como de América latina.  


Javier Marías




¿No tan mujer?

Este verano, una española de origen ruso quitó lazos amarillos en Barcelona y un hombre le propinó un puñetazo. Pero el feminismo no se ha pronunciado


por: Javier Marías

El País

23/09/2018




Este verano  han sucedido dos cosas que me han llevado a desconfiar de la sinceridad de otros tantos “colectivos”. Y uno de ellos, lo lamento, es el feminismo actual, o, como gustan de llamarlo algunas de sus militantes, “la cuarta ola” de ese movimiento, que en las tres anteriores anduvo sobrado de razón, fue digno, estimulante, argumentativo, a menudo inteligente y rara vez contradictorio. Por ello mereció el apoyo de gran parte de la sociedad, que celebró sus éxitos como conquistas de todos.

Los hechos no están muy claros, pero sí alguno. Como recordarán, cerca de la Ciutadella de Barcelona, una mujer española de origen ruso, casada con un militante de Ciudadanos (que la acompañaba en aquel momento junto a los hijos pequeños de ambos), quitó lazos amarillos anudados a la verja del parque, ya saben que Cataluña está inundada, los activistas muy activos. Un hombre la increpó, se produjo la discusión consiguiente y a continuación el individuo le propinó un puñetazo en la cara que la tumbó al suelo. No le bastó con eso, sino que, al tratar de incorporarse la mujer, se abalanzó sobre ella y le dio más puñetazos en la cara y en otras partes del cuerpo. El marido intentó quitarle al agresor de encima, con escaso éxito, y el atacante se dio a la fuga tras el forcejeo. Esta es la versión de la mujer, que añadió un dato: al dirigirse a sus críos en ruso, el independentista le espetó: “Extranjera de mierda, vete a tu país y no vengas aquí a joder la marrana”.

La versión del varón, identificado y detenido al cabo de unos días, naturalmente difiere. Según él, la recriminó “sólo por su incivismo”. “No que quitara los lazos sino que ensuciase la ciudad porque los tiraba de malos modos al suelo”. Entonces ella le dio una patada en los testículos “y después ambos cayeron al suelo peleándose, hasta que fueron separados”. Como en todo caso de palabra contra palabra, las dos narraciones pueden ser ciertas, o, mejor dicho, lo será una tan sólo, pero no podremos saber cuál hasta que los testigos corroboren una (y siempre que sean veraces). En principio, sin embargo, la segunda suena bastante inverosímil. Si cada vez que alguien enguarra las calles tirando cosas al suelo en vez de a una papelera (bolsas de patatas, botes de refrescos) reaccionáramos como ese sujeto, tendríamos un permanente paisaje de peleas y riñas a puñetazos y patadas, o aun con armas. Cuesta creer que el motivo de la increpación fuera el incivismo, ya que en todas las ciudades españolas —en Madrid en la que más—, esa clase de incivismo es incesante. Me juego la paga de este artículo a que si la señora de origen ruso hubiera arrojado una docena de kleenex usados al suelo, ese guardián de la limpieza no se habría irritado hasta semejante punto. El agresor, por cierto, al salir más bien libre del juzgado, se tapó la cara con una toalla —oh casualidad— amarilla.

Lo que sí es seguro es que la mujer recibió atención sanitaria por una “desviación del tabique nasal, con dolor intenso a la palpación” y “presencia de contusión maxilar”, como consta en el parte médico. De los testículos del varón no hay noticia, pero puedo atestiguar desde niño que si uno encaja un golpe en ellos, queda inmovilizado de dolor durante un par de minutos por lo menos, e incapacitado para abalanzarse sobre nadie mientras ese dolor no remita. Así pues, de lo que no cabe duda es de que un hombre pegó a una mujer en plena calle y en presencia de sus hijos. Para las feministas de la “cuarta ola”, tan dadas a la susceptibilidad y a la condena sin pruebas, eso debería haber bastado para poner el grito en el cielo, independientemente de que la mujer hubiera respondido o no a los golpes. Y sin embargo no he visto manifestaciones de apoyo a la hispano-rusa, ni he leído artículos indignados de escritoras, ni sé de campañas de linchamiento en las redes como las que han sufrido muchos otros sin haber llegado nunca a las manos.

A partir de ahora no podré creerme una palabra de lo que digan, reclamen, protesten o acusen muchas hipócritas feministas actuales, sobre todo catalanas. Me pregunto qué se ha hecho de la plataforma anónima Dones i Cultura, que ha logrado la dimisión del director Lluís Pasqualpor malos tratos verbales” a una actriz hace años. Verbales, insisto: no puñetazos. Me pregunto por el silencio o la “prudencia” de las políticas Colau, Artadi, Rovira, Gabriel, Boya, Borràs y otras, de las periodistas Terribas y Chaparro y otras, de la neófita y gurú Dolera, todas ellas catalanas y muy o superfeministas. Algunas saltan por nada, y en cambio no han dado un brinquito por este caso. Si este feminismo tan jaleado resulta ser selectivo, su sinceridad está en tela de juicio. Si una mujer es antiindependentista y de origen ruso, ya no es tan mujer, por lo visto. Si el varón que le pega es secesionista y xenófobo (una pelea así es casi siempre desigual por sexo, todavía), entonces es menos agresor y quizá no condenable. No hay que “precipitarse” a juzgarlo, pobrecillo: no merece la misma vía rápida e irreflexiva que Woody Allen, Dustin Hoffman y tantos otros con los que no ha habido contemplaciones. Está blindado, si es de los nuestros. Del otro “colectivo” decepcionante, deberé ocuparme un domingo futuro. 

jueves, 20 de septiembre de 2018

¿Dónde está el escándalo?

El diario El Periódico, en su página El Tablero Catalán, publica un conciso y claro artículo firmado por Joaquim Coll, en el cual se pregunta a qué se debe tanto escándalo con respecto a los Chats privados de unos  jueces entre sí,  opinando sobre " el procés".  

Efectivamente, se ha provocado, según nuestro criterio, el de elblogdefcosvi, todo un inapropiado alboroto lleno de cinismo y fariseísmo, todo un habitual en los de la argucia política disfrazada de independentista y de todo lo que haga falta y más para continuar en el poder y mantener el statu quo de todos sus muchos acólitos. Pues solo se trata de eso.   A añadir que tanta bulla mediática, convirtiéndolo en tema de debate diario y a todas horas,  en nuestra opinión es toda una inequívoca  señal  de lo mal que están los medios de comunicación. 

Unos jueces que en un chat privado han intercambiado   unas opiniones, en nuestra opinión, muchos somos los que coincidimos en sus criterios, incluidos políticos, medios de comunicación, periodistas, etc.    Pero....¿ cuantas opiniones y declaraciones de carácter ofensivo hacia el estado y todo lo que el representa, incluido la Justicia,  ha efectuado y está efectuando  el mayor cargo constitucional del estado en Catalunya?. Si us plau, sensatesa. 

Joaquim Coll, Barcelona. Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona, especializado en la política de los siglos XIX y XX.  Ha sido también profesor asociado en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Autónoma de BarcelonaFue presidente de la Fundación Joan Boscà. Fue uno de los impulsores de la organización de Federalistes d'Esquerres. Es colaborador en diversos medios de comunicación, como, El PeriódicoEl País, Crónica Global, etc. 

Por considerar que el articulo de El periódico firmado por Joaquim Coll, puede ser del interés de nuestros seguidores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi.


Joaquim Coll




Imagen incluida en el artículo firmado por Joaquin Coll, fotografía de José Luis Roca 





¿Dónde está el escándalo?

 Lo grave no es que unos jueces opinen en un chat, sino que cargos públicos llevaran a cabo un plan para romper el Estatut y la Constitución


por: Joaquim Coll

El Periódico

20/09/2018




Quim Torra se ha servido de un chat privado utilizado por 5.000 magistrados para cargar otra vez contra la justicia española, exigir la anulación del proceso a los líderes separatistas y llamar a la movilización de los suyos. Sinceramente, cuesta ver dónde está el escándalo en la información publicada. Un grupo de jueces conversan en un chat corporativo privado, en un momento de gran tensión por el 'procés' y, en esencia, lo que hacen es criticar el intento de liquidar la Constitución en Catalunya. Lo llamativo sería lo contrario, o la equidistancia. Es verdad que algunos utilizan expresiones fuertes, incluso ofensivas, sobre los independentistas, y manifiestan mucha inquietud por lo que está ocurriendo. Otros, en cambio, mantienen un tono moderado y llaman a la calma. Se trata de un intercambio de opiniones particulares entre una treintena de participantes. Por otro lado, ninguno de ellos, según ha revelado Montserrat Comas, portavoz de Jueces por la Democracia, participa en ninguna de las causas abiertas por el 1-O. Torra ha querido utilizar esa información en el aniversario de los hechos ante la Conselleria d'Economia para dar por rota su confianza en la justicia española. Parecería un anuncio importante si no fuera porque eso ya lo ha dicho antes incontables veces.

El escándalo no está en los jueces, tampoco en la causa que ha instruido el magistrado Pablo Llarena, aunque se pueda discrepar de la calificación penal de rebelión; lo grave fue lo que sucedió en el Parlament en septiembre del año pasado, y el intento de legitimar ese golpe a la democracia a través de un desbordamiento en la calle. Eso es lo pasó en Economía, con el secuestro de la comitiva judicial por manifestantes convocados por la ANC y Òmnium, y luego con mayor amplitud el 1-O. Nadie duda de que estamos ante un problema político, pero tampoco es bueno ignorar que los hechos en un Estado de derecho tienen consecuencias. Lo escandaloso no es que unos jueces opinen en un chat privado a calzón quitado, sino que un grupo de cargos públicos llevara a cabo un plan para romper el Estatut y la Constitución.


miércoles, 19 de septiembre de 2018

QUIEN JUEGA CON FUEGO...

Joan Ferran, una vez más desde su blog, El blog d'en Joan Ferran, nos enriquece con la lectura de su escrito. 

Por considerar que dicho escrito puede ser del interés de nuestros seguidores lo adjuntamos en elblogdefcosvi

Lástima que éstos desacatados  políticos, dada, a nuestro juicio, el del  elblogdefcosvi,  la gravedad de todo lo que expresan, declaran y exteriorizan con enorme cínico egocentrismo, obligue por justicia democrática a que muchos sensatos opinadores y politólogos a tener que opinar ante tan continuado escándalo político y antidemocrático que está desde hace años acaeciéndose en Catalunya.  Buenas plumas que, aun ocupándose de otros hechos trascendentales, por sentido de responsabilidad también se tienen que ocupar de la gran vergüenza política que está sufriendo y a su vez ofendiendo al estado español y que, a su vez, tanto está perjudicando, sin duda a la sociedad.  

Joan Ferran, Barcelona. Licenciado en Filosofía y letras por la Universidad Autónoma de Barcelona y diplomado en Historia Contemporánea. Escritor y colaborador en distintos medios de comunicación.  Miembro del PSC, Partit dels socialistes de Catalunya. Ha trabajado en el sector de la enseñanza. Ha sido en varias legislaturas, Diputado en el Parlament de Catalunya, siendo portavoz adjunto del grupo parlamentario socialista del 2006 hasta el 2010. Joan Ferran es escritor, con un buen número de obras publicadas, la última; "Apuntes de Necio"


Joan Ferran ( fotografía de Internet, La Razón)  




Imagen que se adjunta al escrito de el blog d'en Joan Ferran


QUIEN JUEGA CON FUEGO...


QUIM TORRA COMO DIÓGENES 


por: Joan Ferran 

El blog d'en Joan Ferran

19/09/2018 

No lo puedo evitar. Al contemplar las imágenes de Quim Torra, en la puerta del Parlament, portando un farolillo con ‘La Flama del Canigó’ me viene a la mente la figura de aquel filósofo de la antigüedad, discípulo de Antístenes, llamado Diógenes de Sinope. Sí, aquel que según cuenta la leyenda recorría, a plena luz del día, las plazas de Atenas portando una lámpara de aceite al tiempo que exclamaba: “Busco un hombre honesto”. Como es obvio el artilugio del filósofo griego, al igual que el farolillo de Torra –más allá de su simbolismo- son instrumentos que sólo sirven para iluminar de cerca, pero devienen ineficaces a cinco pasos de las miradas de sus portadores. A no ser que…. a no ser que se trate de escenificar o insinuar otras cosas. Y si lo que se pretende es crear un atmósfera inquietante, o amenazadora, nada mejor que un puñado de antorchas incandescentes y humeantes desfilando por los aledaños de la ’Catedral del Mar’ una húmeda noche de septiembre. ¡Ay, las antorchas!

Los rituales con fuego han sido, a lo largo de la historia y en múltiples ocasiones, prácticas litúrgicas utilizadas para amplificar mensajes y crear ambientes místicos idóneos para la manipulación emocional de las masas… Ha llovido mucho desde que Benito Mussolini, en octubre de 1922, organizara la famosa marcha sobre Roma que culminó con el golpe de estado que eliminó el sistema parlamentario italiano. También han pasado unos años desde que Leni Riefenstahl dirigiera el famoso documental naziEl Triunfo de la Voluntad’ con planos y tomas espectaculares de desfiles con antorchas y esvásticas. Más recientemente, este agosto pasado, con el beneplácito de las autoridades, cientos de neonazis con rifles en las manos, gritando consignas racistas y portando antorchas y emblemas del Ku-Klux Klan desfilaron por Charlottesville defendiendo las estatuas de históricos líderes confederales. Cuentan las agencias que el pasado fin de semana Corea del Norte celebró el 70 aniversario de su fundación. Uno de los momentos más emotivos de la conmemoración fue la marcha de antorchas que miles de disciplinados norcoreanos blandieron entre fuegos artificiales… La lista de usuarios de ese tipo de manifestaciones con fuego es ilustrativa. El recuerdo de alguna de esas marchas aún provoca escalofríos tanto en Múnich, Berlín, Roma o el sur de EEUU. ¡Ay, las antorchas! Un servidor no tiene inconveniente en que Quim Torra además del ‘reglamentario’ lazo amarillo cargue con farolillos incandescentes y sus colegas con teas, allá él y los suyos. Ahora bien, espero que esa aproximación a Diógenes no comporte también la adquisición del síndrome que lleva su nombre. Este país acumula tanta basura en forma de despropósitos, farsas, quimeras, postureos, engaños y revoluciones de mentirijillas que conviene sacársela de encima en lugar de guardarla. Procede abrir ventanas, airear estancias, limpiar, reciclar, dar una mano de pintura y gesticular menos.

El viaje de Puigdemont

El acreditado diario El País, adjunta hoy, día 19, en su página de Opinión un esclarecedor artículo firmado por dos catedráticos de Derecho Internacional Privado, el Doctor Alfonso-Luis Calvo Caravaca, de la Universidad Carlos III  y el Doctor Javier Carrascosa González, de la Universidad de Murcia.

Ambos catedráticos en su escrito opinan sobre la demanda civil interpuesta por el ‘expresident’ Puigdemont contra el juez Llarena, la cual contiene elementos para ser desestimada.

Por entender que dicho artículo puede ser del interés de nuestros lectores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi





El viaje de Puigdemont

por: Alfonso-Luis Calvo y Javier Carrascosa 

El País

19/09/2018 




Sabido es que Carles Puigdemont, expresident de la Generalitat, ha presentado, con otros políticos catalanes, una demanda civil contra Pablo Llarena, juez del Supremo, ante un tribunal belga. Sabido es que Puigdemont reside, de modo habitual, en Waterloo, Bélgica. La demanda civil reclama el pago de un euro con carácter simbólico y argumenta que ciertas manifestaciones de Llarena vulneran el derecho al honor de Puigdemont y otros políticos huidos.

Según los demandantes, tales afirmaciones demuestran la parcialidad y el ensañamiento de Llarena, que habría infringido el derecho a la presunción de inocencia y la libertad de acción política de los demandantes. Llarena habría iniciado también “una campaña mediática enfocada a desacreditar a las partes demandantes, causándoles un gran perjuicio”. En concreto, indicó a varios periodistas, en relación con los actos realizados por Puigdemont y otros que “se trata de comportamientos que aparecen recogidos en nuestro Código Penal y, con independencia de cuál haya podido ser la motivación que les haya llevado a las personas a cometerlos —si es que ha sido así—, pues tienen que ser investigados”. Según la demanda, se trata defaltas cometidas al margen del ejercicio de sus funciones jurisdiccionales estrictas”.

La primera cuestión a abordar es la inmunidad de jurisdicción de Llarena. Si concurriese, los jueces belgas carecerían de jurisdicción, pues “un Estado no puede juzgar a otro Estado”. Los demandantes no han demandado al Estado español ni a ninguno de sus órganos soberanos, sino a una persona particular, que es juez del Supremo, pero por manifestaciones realizadas fuera de su Sala. Los jueces belgas deben examinar la cuestión de la inmunidad de jurisdicción con arreglo a sus propias normas, lo que incluye las normas consuetudinarias de Derecho internacional público.

Las apariencias engañan. La estructura superficial y la estructura profunda de esta demanda civil no coinciden en absoluto. Según los demandantes, se ha vulnerado gravemente su derecho al honor y reclaman un euro simbólico. Por muchas vueltas que se den a las manifestaciones de Llarena, no se aprecia el menor rastro de menosprecio, agravio, ofensa, afrenta, baldón o denuesto que pueda afectar al honor de los demandantes. Estos indican que las actuaciones judiciales llevadas a cabo por Llarena son las que, presuntamente, han lesionado su derecho al honor. Es esta la estructura profunda de la demanda. Los demandantes entienden que su derecho al honor ha sido vulnerado por Llarena porque el Estado español es una tiranía sin independencia judicial, un Estado delincuente que no responde a los principios que rigen los derechos fundamentales universales, un país donde se persigue a las minorías nacionalistas, donde no se respeta la imparcialidad judicial ni la presunción de inocencia y que Llarena es un juez parcial que los trata injustamente por meros motivos políticos. Por tanto, la inmunidad de jurisdicción debe operar plenamente: los demandantes cuestionan el ejercicio de la jurisdicción española, acusando al Poder Judicial español, poder derivado de la soberanía del Estado español, de ser injusto. Esta cuestión no la pueden decidir jueces belgas ni de ningún otro país. Solo tribunales españoles pueden juzgar esa cuestión. Así lo indican las normas de derecho internacional público. Aquí tendría que terminar el caso. Sin embargo, si los tribunales belgas no apreciasen la inmunidad de jurisdicción, sería preciso examinar otras cuestiones.

En segundo lugar está la competencia internacional de los tribunales belgas para conocer de este litigio. Con arreglo a la regla general del Reglamento Bruselas I-bis, son competentes los tribunales del Estado miembro donde el demandado tiene su domicilio en el momento del ejercicio de la acción. En casos específicos, cuando el litigio presenta vínculos significativos con otro Estado miembro, también son competentes, a elección del actor, los tribunales del Estado miembro donde se ha producido el “evento dañoso”. El juez Llarena realizó sus manifestaciones en España a entrevistadores que desarrollaban su labor en España. Las pruebas deben practicarse en España y el demandado debe ser notificado en España. En consecuencia, los tribunales competentes para juzgar la presunta vulneración del derecho al honor de los demandantes son los tribunales españoles.

En tercer lugar, si los tribunales belgas debieran decidir cuál es la ley sustantiva aplicable a esta presunta lesión del derecho al honor, sería la ley española la que regiría el fondo del litigio: es la ley del país donde se ha producido el hecho causal y el daño. Si el daño, según los demandantes, debe valorarse en un “euro simbólico”, significaría que el daño ha sido simbólico, que no ha habido daño alguno. Por tanto, la demanda debiera ser desestimada. Aquí debería terminar el viaje a ninguna parte de Puigdemont.

Aislados de Europa

Lluís Foix, 1943  (Rocafort de Vallbona, en Sant Martí de Río Corb, Lleida)  Periodista, licenciado en la Universidad de Navarra, y de Derecho por la Universidad de Barcelona. Escritor y con gran experiencia en la política  internacional.

Ha sido  director adjunto y subdirector de La Vanguardia, así como corresponsal de este diario en Londres (1974-1980) y Washington D. C. (1981-1982). Colaborador en diversos medios de comunicación. Fue galardonado en 2014 con el Premio Quim Regàs por su «densa tarea desde todos los ángulos informativos, así como su calidad, rigor y exigencia» Lo cual ya dice mucho de la calidad periodística de Lluís Foix, en la actualidad, ante tanta falta de buen periodismo, todo un ejemplo.  

Escrito con varias obras, por citar: "La marinada sempre arriba" , "Aquella porta giratòria" libro por el cual recibió en el 2016, el Premio Josep Pla.  En el  2017 pública, "El que la terra m'ha donat"

Lluís Foix adjunta en su blog, Foixblog, con su buena pluma, el interesante y provechoso artículo sobre, lo que nosotros interpretamos  de la soledad de la Catalunya institucional con respecto a las instituciones no únicamente del resto de España, también las extranjeras. Y la causa de ello, deducimos y a su vez coincidiríamos ,  la tiene el tan pesimamente mal llevado "procés".


Lluís Foix 



El presidente George Bush padre se entrevistó con Pasqual Maragall en Barcelona y con Jordi Pujol en la Casa Blanca



Aislados de Europa

por: Lluís Foix

Foixblog

El presidente George Bush padre se entrevistó con Pasqual Maragall en Barcelona y con Jordi Pujol en la Casa Blanca.

A comienzos del 2014 Jordi Pujol afirmaba que Europa sólo abrirá la ventana si oye mucho ruido en la calle”. El proceso soberanista se había abierto y el expresident todavía no había hecho público el comunicado reconociendo irregularidades fiscales en su patrimonio personal como consecuencia de un antiguo legado no declarado de su padre.

De momento, aseguraba en un editorial publicado en la web del centro de estudios que llevaba su nombre: “Europa sólo abrirá la ventana y medio abrirá la puerta si llamamos con insistencia. Y la abrirá más si la llamada es mucho más insistente. Y, en nuestro caso, si además es civilizada”. Pujol conoce Europa y no ha contemplado nunca una Catalunya alejada de las grandes corrientes europeas.

Era frecuente en sus largos años en la Generalitat la visita institucional de políticos y personalidades de primer nivel a Barcelona. Sus viajes a Bruselas y a prácticamente todas las capitales europeas formaban parte de un ritual para situar Catalunya en el mapa internacional. Llegó a entrevistarse con George Bush, padre, en la Casa Blanca con foto sospechosamente filtrada que ocupó las portadas de la prensa catalana y española. Recuerdo haberle acompañado en algunos de esos viajes por el mundo, siempre con la complicidad o el bene­plácito de los servicios diplomáticos ­españoles.

Barcelona vivió el momento más espectacular de su historia reciente con los Juegos Olímpicos impulsados por Pasqual Maragall, un catalanista cosmopolita y universal, socialista, y conseguidos por la diplomacia olímpica de Juan Antonio Samaranch, un antiguo jerarca olímpico del franquismo y exembajador en el Moscú de Leonid Brézhnev.

Catalunya y Barcelona sumaban, con distintos planteamientos e ideas discrepantes, para proyectar su imagen en España, Europa y el mundo. Se actuó con inteligencia y con un sentido de progreso y debate interno en un ámbito de libertades entre el nacionalismo pujoliano y la socialdemocracia emparentada con el socialismo español y el europeo.

Por primera vez, escribía Pasqual Maragall en este diario el 11 de marzo de 1992, un jefe de Estado francés ha visitado nuestra ciudad. Nada parecería más natural que una visita del presidente de la República francesa, François Mitterrand, a una ciudad que ha vivido durante muchos decenios, más de un siglo, quizá dos, mirando al norte.

Una de las variantes desde que Artur Mas abrazó la causa independentista y escuchó el mucho ruido en la calle que preconizaba Jordi Pujol, la presencia institucional europea e internacional en Catalunya y Barcelona ha sido prácticamente inexistente. Ningún presidente o primer ministro de un país de la Unión nos ha visitado y tampoco Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra se han entrevistado con dirigentes institucionales europeos. Llevamos así más de seis años.

Ha habido, eso sí, mucho ruido en la calle, muchas manifestaciones, gran gestualidad política, emociones y entusiasmo, un ambiente festivo pacífico y civilizado. La política en estos momentos está más en la calle que en las instituciones como el Parlament. Se forzó una confrontación con la legalidad constitucional y estatutaria y el resultado no puede ser más lamentable. La mitad del anterior Govern en la cárcel, con una prisión preventiva innecesaria e injustificada, y la otra mitad construyendo en Bélgica una imaginaria república catalana que no existe en la realidad.

Y mientras tanto, los gobiernos y las instituciones europeas contemplan en las televisiones globales las rituales manifestaciones a favor de una independencia que ningún gobierno defiende empezando, naturalmente, por el español, ya sea bajo el control de la derecha de Rajoy o de la izquierda de Pedro Sánchez con la muleta de Pablo Iglesias.

Este aislamiento institucional de Catalunya es muy negativo para todos. También para España y sus instituciones, como se ha comprobado una vez más esta semana con la ausencia de autoridad gubernamental alguna en la visita del rey Felipe VI a Barcelona.

Nadie va a ganar esta batalla interna y externa si no se vuelve a hacer política en y desde las instituciones. Primero, para mitigar en lo posible el daño causado por los incidentes de ahora hace un año. Segundo, para buscar vías de acuerdo a un problema catalán y también español. El conde de Romanones, varias veces presidente del Gobierno, dice en sus memorias “que la atención de mis ministros estuvo absorbida constantemente por Catalunya. Cuando no era una cosa, era otra”.

Es preciso reconstruir puentes y actuar con inteligencia política para salir, por lo menos, del aislamiento institucional en el que se encuentra Catalunya desde hace más de seis años. Las calles pueden convertirse en un necesario respiradero social pero la política se canaliza a través de las instituciones.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Así es el informe de los libros de texto en Cataluña que ignoraron PP y PSOE

El diario El Mundo, en sus páginas de Educación, Olga R. Sanmartin adjunta un muy interesante articulo en el cual informa sobre la situación anómala.

Una más, a nuestro juicio, en esta ocasión en materia educativa, la cual  afecta a nuestros hijos y nietos, por su enorme tergiversación.  Con la única finalidad de influenciar en un pensamiento y no precisamente en el sentido de la realidad, con la única finalidad, a nuestro criterio, de favorecerse a sí mismos, a sus organizaciones políticas, lejos de la cultura. 


Fracaso del sistema educativo, entre otras muchas cuestiones, a causa del traspaso de la competencia de Educación a las comunidades autónomas . En mayor grado sucede en aquellas comunidades autónomas  gobernadas por partidos nacionalistas, como por ejemplo; Catalunya donde generalmente se ha impartido, se está impartiendo preferentemente la cultura de la propia comunidad y para más inri, tergiversada.  Lo impartido en cultura de España, como PaísNación y Estado, así como el conocimiento de la Constitución o de su propio Estatuto Autonómico , ha sido y es prácticamente nulo.  



Así es el informe de los libros de texto en Cataluña que ignoraron PP y PSOE


Páginas  de EDUCACIÓN

Diario El Mundo

Por :OLGA R. SANMARTÍN 

17/09/2018




Imagen de una página del libro de 'Socials' de 4º de la ESO de Barcanova que cuenta el 1-O "ignorando los argumentos de los partidos constitucionalistas" y reflejando sólo los datos ofrecidos por una de las partes, según el informe. EL MUNDO



El libro de texto de la editorial catalana Barcanova que enseña Ciencias Sociales a los niños de 5º de Primaria (los que tienen alrededor de 10 años) explica los ríos, las montañas y el clima de Cataluña, pero no detalla la geografía del resto de España. Apenas menciona al Estado y se olvida de las Cortes Generales. Directamente salta de la Generalitat a la UE y la ONU. Se refiere a la comunidad autónoma como «país». Y afirma que «los representantes elegidos pueden convocar referéndums para consultar a los ciudadanos sobre la conveniencia o no de aprobar determinadas leyes o de tomar determinadas decisiones». 

Es uno de los manuales escolares que aparecen citados en el estudio sobre libros de texto elaborado por la Alta Inspección del Estado, al que ha tenido acceso EL MUNDO. Según ha podido saber este periódico, este organismo dependiente del Ministerio de Educación entregó el pasado mes de febrero el esperado informe, que han ignorado tanto Íñigo Méndez de Vigo como Isabel Celaá.

Pese a que el trabajo existe, y lleva siete meses guardado con celo en la sede de Alcalá, 34, ninguno de los dos ministros de Educación y portavoces del Gobierno se ha avenido a publicar sus conclusiones demoledoras. El trabajo alerta de que en Cataluña existen manuales escolares que «contravienen los derechos, libertades y deberes fundamentales recogidos en la Constitución Española y en las leyes orgánicas educativas». Libros de Primaria de esta comunidad autónoma «incitan al separatismo» e «ignoran la presencia de Cataluña dentro de España», mientras que en la ESO «utilizan todos los elementos del discurso nacionalista soberanista» para «retorcer la historia» de «manera aleccionadora». 

El informe, de 245 páginas y con 11 anexos, es el primero de estas características que se realiza por parte de una Administración central tras muchos años de denuncias de asociaciones y familias respecto a la falta de imparcialidad y adoctrinamiento en algunos materiales escolares de Cataluña. En respuesta a estas demandas, el Ministerio dio orden el año pasado a la Alta Inspección para poner en marcha un proyecto que hubiera permitido actuar contra las ediciones que no cumplen con lo exigido en la normativa básica.

Definen Cataluña como "país", ignoran la Carta Magna y ensalzan a la ANC

Los materiales curriculares no requieren de autorización previa para su publicación, pero deben atenerse a la Lomce y la Ley del Libro en cuanto a que tienen que existir unos «textos adecuados en el contenido y en la forma» que se adapten «al rigor científico adecuado a las edades de los alumnos y al currículo». 

El trabajo inicialmente se centró en los libros de la ESO, con una muestra de 104 ejemplares de varias materias y cursos de todas las comunidades autónomas. Después se amplió a Primaria y Bachillerato, con otros 21 libros de Galicia, País Vasco, Navarra, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares. Se revisaron 16 editoriales y las divisiones autonómicas de la Alta Inspección no analizaron sólo el adoctrinamiento, sino también si había un adecuado tratamiento en la atención a la diversidad o en igualdad de género.

La conclusión final es que el «respeto» a la Carta Magna es generalizado en las comunidades autónomas porque la mayoría de sus libros tiene los «mínimos exigibles» de «rigor científico». Con una excepción clara que expresa así: «Los libros que componen la muestra analizada cumplen con los principios y valores recogidos en la Constitución Española, salvo en Cataluña». 

En los manuales catalanes «se plantea un claro conflicto», advierte la Inspección, porque «la falta de objetividad legislativa se observa en actividades, mapas y textos desarrollados, que aportan un carácter parcial y sesgado o, cuando menos, subjetivo de la realidad de España». 


El libro de 2º de Bachillerato de Teite ignora la cultura española en el franquismo, pero destaca la creación de Òmnium, junto a una imagen de Pujol en la cárcel con un hijo, aunque nada se dice de su corrupción ni del 3%.


En esta autonomía se analizaron 11 libros: cinco de la ESO, dos de Bachillerato y cuatro de Primaria. Sólo hay uno, de Lengua Castellana, que cumple con todos los requisitos. Los dos de Matemáticas respetan los principios y valores de la Constitución y sus derechos, libertades y deberes fundamentales, así como los contenidos curriculares, pero no recogen los estándares de aprendizaje ni las competencias que determina la normativa básica. Los ocho restantes -todos de Ciencias Sociales e Historia- registran un elevado número de incumplimientos que afectan a la Carta Magna

El organismo encargado de velar por que se cumplan las facultades atribuidas al Estado en materia de enseñanza llega a decir que los dos manuales de Historia de España de de Bachillerato analizados «no deben ser aplicados en el aula como libros de estudio», ya que «contravienen la norma plasmando una visión sesgada de la realidad histórica». 

Pone como ejemplo el de la editorial Teide, que «da más importancia a la Historia de Cataluña que a la Historia de España»; refleja a Cataluña «como un territorio con dinamismo económico e industrializado, mientras que la población del resto de España aparece como proletaria, campesina o jornalera» y «es un libro ideologizado en el que se utilizan elementos del discurso nacionalista que pueden invitar al alumno a posicionarse políticamente». 

Sobre el de Vicens Vives, denuncia que «no se ajusta a los contenidos del currículo básico ni respeta los principios y valores de la Constitución». Censura que no haya incluido los apartados de obligado desarrollo sobre la figura del Rey o sobre el papel de España en el mundo actual. Este libro -que prescinde de la palabra «España» hasta en su título- utiliza en su mayor parte fuentes de origen catalán. «Al igual que el anterior, todas las referencias al catalanismo van acompañadas de adjetivos positivos como democracia, tolerancia, evolución, reivindicación, libertad, soberanía, progreso, autonomía..., mientras que los adjetivos que predominan en la relación de España con Cataluña son opresión, descontento, prohibición, menosprecio, autoritarismo, humillación, protestas, dictadura, ocupación, militar».

La Alta Inspección también tiene palabras muy duras para los ejemplares de Conocimiento del Medio dey de Primaria, especialmente los de Barcanova. Avisa de que en ellos «se pone de manifiesto la intención de acomodar la historia a un fin concreto: dar carta de naturaleza a la existencia de Cataluña como país independiente de España». «España es responsable de todos los contratiempos ocurridos en ese territorio en muchos pasajes», añade, «lo que evidencia una falta de rigor histórico en dichos textos». 

Y en los libros de la ESO también hay decenas de ejemplos en los que «se adoctrina convenientemente y se invita al alumno adolescente a tomar partido constante, aunque siempre queda claro quiénes son los buenos»: la Guerra de Sucesión se presenta como un enfrentamiento entre Cataluña y España; el PP es un partido «nacionalista español»; se ignora la Carta Magna; se ensalza a ANC y Òmnium, y se ofrece una versión sesgada del procés.

No se sabe por qué ninguno de los dos gobiernos ha difundido el informe, que se entregó en plena aplicación de artículo 155, con Méndez de Vigo como ministro y a la vez consejero educativo de Cataluña. Tampoco se ha tomado ninguna medida en relación a los libros denunciados, según las fuentes consultadas.



La Inspección llega a proponer retirar dos de los libros por su "visión sesgada"



"Los representantes elegidos pueden convocar referéndums para consultar a los ciudadanos sobre la conveniencia o no de aprobar determinadas leyes o tomar determinadas decisiones" (Barcanova, 5º Primaria). 


En mayo del año pasado, después de que la asociación de profesores AMES publicara una extensa recopilación de textos utilizados con fines adoctrinadores en las escuelas catalanas, el entonces secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, anunció que el Gobierno estaba elaborando de forma «urgente» un trabajo «detallado» sobre los manuales escolares.

Marín, al que el Gobierno actual va a condecorar ahora con la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, dijo que estaría listo «en los próximos días». Su Gobierno se comprometió a hacer públicos «los resultados definitivos». Según fuentes educativas, una primera versión fue terminada y entregada en julio de 2017, con el análisis de los libros de la ESO, pero no se hizo pública porque, según el Ministerio, se decidió ampliar la revisión a Primaria y Bachillerato.

Ciudadanos registró varias preguntas parlamentarias sobre este asunto y comenzó a extenderse la creencia de que ésta ya no era una cuestión prioritaria para el Gobierno. Méndez de Vigo aseguró el pasado 29 de mayo, en la Comisión de Educación del Congreso, que el trabajo estaba «tardando más» porque lo estaban ampliando a las citadas etapas. Pero, en realidad, fue entregado en febrero. El informe terminado llevaba tres meses encima de su mesa. 

¿Y Celaá? La ministra dice desde julio que no ha encontrado el informe y que su predecesor no le informó de la existencia del mismo. Ha prometido buscarlo y analizarlo. El 4 de septiembre, respondió así a la diputada de Cs Marta Martín: «Si no se lo dieron quizá es porque el trabajo o no está hecho o está hecho de una manera un poco...», dejando en evidencia a su propio Ministerio.