domingo, 7 de abril de 2019

La deriva del PSOE

El diario digital, La Tribuna del País Vasco, edita un muy interesante artículo de opinión firmado por, Ernesto Ladrón de Guevara. Por considerar que dicho artículo de opinión puede ser del interés de nuestros seguidores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi

Ernesto Ladrón de Guevara, 1950 ( San Millán- Álava- País Vasco). Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación y diplomado en Magisterio en Pedagogía Terapéutica. político y autor del libro, "Educación y Nacionalismo". Como político ha sido procurador de las Juntas Generales de Álava ( Parlamento y órgano legislativo de la provincia y territorio histórico de Álava)

por el PSE y posteriormente por el desaparecido partido político, Unidad Alavesa. Es militante del Foro de Ermua.    






La deriva del PSOE



La Tribuna del País Vasco 

por: Ernesto Ladrón de Guevara 

a 05/04/2019



Milité en el Partido Socialista de Euskadi (PSE) durante casi dos décadas. Eran épocas en las que se hacían políticas de Estado, pese a los múltiples errores y fracasos sobre los que no voy a insistir. Eran épocas en las que la lucha partidaria no generaba más quiebras de Estado que la propia rivalidad por el poder.  Abandoné ese partido tras la constatación de que para los socialistas la alianza con los nacionalistas era algo consustancial, sistémico. Y que pese a las deslealtades congénitas de los de, en aquel momento, Xabier Arzallus, las dependencias respecto a los nacionalistas constituían un síndrome sin remedio, y dejaban tiras de dignidad por el camino con tal de desplazar a la derecha de las instituciones.

Desde la  II República  quedó claro que, para la izquierda, y por tanto para el PSOE, que la democracia se justificaba si se sacaba a la derecha de las instituciones. No había para su cosmovisión una democracia que se fundara en la pluralidad política y en la aceptación del turnismo político basado en la voluntad ciudadana y el respeto a ésta cuando, por el sino de los tiempos, girara la mayoría de los votos hacia la derecha. No lo fue en la II República, cuando ganó la derecha en el año 1933. Azaña, a diferencia de otros republicanos como Madariaga, Sánchez Albornoz, y, de alguna manera, también Besteiro o el mismo Lerroux, no aceptaba la configuración de una República de los ciudadanos que oscilara de la izquierda a la derecha y articulara una convivencia constitucional estable y sostenida en el tiempo. Eso fue el hundimiento de la II República y, a la postre, la Guerra Civil.


Llevamos el mismo camino.


Es sintomático que Sánchez, una persona a mi modo de ver inmadura y de convicciones democráticas muy frágiles, se apoyara ayer en partidos políticos que, en buena lid, hubieran estado ilegalizados en países de tradición democrática por tener sus raíces en la ruptura del Estado constitucional y en la violencia como forma de lograr el poder. Tal es el caso de Bildu, partido nacido de lo que se llamaba Alternativa K.A.S, de apoyo a ETA.

En el mismo contexto en el que Sánchez arrastraba su dignidad de presidente en funciones del Gobierno de la nación, suplicando a Bildu su apoyo a los reales decretos convalidados por la Permanente del Congreso, en una actitud innoble de hacer populismo electoral con los presupuestos del Estado una vez disuelto el Congreso, Bildu escenificaba lo que es, una banda de impresentables que no solamente no reniegan del pasado criminal de sus conmilitones sino que insultaban gravemente a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, incluida la Ertzaintza, llamándoles nazis. Eso desde la tribuna del Parlamento vasco.

Ese mismo Partido Socialista, desnaturalizado e irreconocible, que indignaría a Fernando Buesa, Casas, Fernando Múgica o Carrasco, si estuvieran vivos y ETA no les hubiera asesinado, apoyó ayer la ley de víctimas de abusos policiales, cuando aún no se ha hecho la luz sobre el asesinato por ETA de 300 personas y sobre el nombre y apellidos de quienes apretaron el gatillo o colocado el amonal.

Las llamadas víctimas de abusos policiales, recibirán de oficio una indemnización, mientras las víctimas de ETA aún están esperando Memoria, Justicia y Reparación.

Que nos explique Sánchez qué tiene que ver su política con estas palabras de sus compañeros de Partido en 1899:

En el caso vasco no existen razones ni históricas ni de ningún otro tipo que puedan aconsejar la secesión de la región de la nacionalidad española.

Las provincias vascongadas son españolas desde siempre, si acaso hubo algún tiempo en que Euskeria formó nación independiente, lo que nosotros negamos en redondo, ese hecho se pierde en la lejanía de los tiempos primitivos, y no tuvo, después de todo, otro fundamento que la independencia de Castilla, de Aragón o de Navarra, esto es, de los Príncipes y soberanos.

Incluso dentro de la comunidad nacional gozan de situación privilegiada. Las provincias vascongadas vienen perteneciendo constantemente a la nación española hace muchos siglos, sin que se las trate como a país conquistado, sino al contrario dispensándoles franquicias de que no disfrutaban las demás provincias, hecho ante el que no nos pronunciamos, pues esas libertades y otras mayores deseamos para todas las regiones, pero anotamos solamente para que se vea la sinrazón del separatismo vizcaitarra.

El idioma vasco con regresión manifiesta ni su folklore condenado a la uniformidad, ofrecen asidero para pretender un hecho diferencial con vocación política.

No tiene ningún fundamente pues el separatismo vizcaitarra, que no puede tenerse por tal el orgullo de la riqueza del país, el afán de notoriedad de cuatro tipos y la locura de cuatro necios


(La lucha de Clases, revista socialista, Bilbao. 1899)

sábado, 6 de abril de 2019

El hundimiento

El acreditado diario El País, en el día de hoy, como casi siempre, edita una acertada editorial. Por considerar que dicho artículo será del interés de nuestros seguidores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi.

Reiteramos lo acertado del artículo. No obstante, desde este blog, quisiéramos efectuar alguna pequeña  observación. La primera, no se puede simplificar con la simple, gris e insensata figura del president Torra, pues éste no está en absoluto solo, está bien acompañado y arropado por PDeCAT, Junts per-Catalunya yERC (ésta última formación, por la causa que fuera, la cual ignoramos, empeñados opinadores, politólogos y medios de comunicación en blanquearla, cuando a nuestro entender, posee idéntica irresponsabilidad, falta de ética política, de sentido democrático y sobrados de osadía). Y también por determinadas subvencionadas entidades civiles y medios de comunicación, principalmente los públicos. 

Y la segunda, el presidente Torra, no tendrá, posiblemente  la mayoría social, pero si todo el conjunto. Dada la existencia  de todo un prolongado total ambiente mediático y político, encargado para que así sea.  Más si se ignora o no se quiere ver por parte de una mayoría de la ciudadanía catalana, lo que la Editorial de El País, tan acertadamente, informa.

Y que para que ello haya llegado a ser así de grave, entendemos que aquellos medios de comunicación serios e independientes deberían de denunciar a los otros responsables; el resto de las fuerzas políticas.


Solo el respeto constitucional, el rigor democrático, la justicia, el sentido de ejemplaridad y sin complejo alguno ( la democracia bien lo vale) , una fuerte e intensa contraofensiva frente a tantísimo y machaqueo falaz y tergiversado impuesto relato efectuado desde  los medios de comunicación públicos y determinados de subvencionados de Catalunya a los catalanes, podrá revertir la tan prolongada vergonzante y anómala situación político-mediática y social en Catalunya.   Los medios de comunicación, los profesionales, los dispuestos a cumplir con el código ontológico, pueden hacer mucho para que la democracia institucional y política entre  en Catalunya





Quim Torra esta semana en el debate de la moción impulsada por el PSC. Fotografía: Quique Garcia. EFE



El hundimiento

Con la reprobación del Parlament, Torra carece de autoridad para gobernar



EDITORIAL

EL PAÍS

a 06/04/2019



No tiene mayoría social. No tiene ahora ni siquiera mayoría parlamentaria. Cuenta todavía con los presupuestos de 2017 prorrogados porque no ha sido capaz de culminar la tarea fundamental de un Gobierno, como es conseguir la aprobación de sus presupuestos. Decenas de cargos de elección parlamentaria se hallan con el mandato vencido y vacantes por falta de consenso. No hay actividad legislativa en el Parlament ni otra actividad de gobierno que no sea la agitación permanente. Las listas de espera en la sanidad catalana, mientras tanto, se han disparado.

Así está la Generalitat presidida por Quim Torra, el presidente más débil, desautorizado e incapaz de toda la historia de la institución autonómica, incluyendo sus dos últimos predecesores. La precaria mayoría parlamentaria independentista, que no social, que le dio la investidura en mayo de 2018, se proponía superar el autogobierno catalán surgido del Estatut y de la Constitución y lo está consiguiendo, pero no porque tenga posibilidad alguna de alcanzar la república independiente que se había propuesto, sino por la autodestrucción de las instituciones catalanas por parte de quienes las dirigen y deberían cuidar de su prestigio y su buen funcionamiento.

Torra había significado su sometimiento a la única institución democrática que dice reconocer, el Parlament. Pero el día en que el Parlament le reprueba y le pide que convoque elecciones o se someta a una moción de confianza, entonces declara que no reconoce la legitimidad de una votación en la que le han faltado los cinco votos de los diputados ausentes porque se hallan huidos en Bélgica o en la cárcel. Es ya habitual en el secesionismo el uso ventajista de las reglas de juego cuando van a favor y su denuncia cuando van en contra. En este caso, además, la falta de estos cinco votos se debe a que Junts per Catalunya, a las órdenes de Puigdemont, ha rechazado la sustitución de los diputados ausentes o procesados, opción que sí fue aceptada por Junqueras y Romeva. Implícitamente Torra exhibe como excusa su obediencia a Puigdemont, al que considera el presidente auténtico.

Lo único que parece dar sentido a una legislatura tan amortizada es la ocupación de las instituciones y la percepción de las nóminas por la parte importante de funcionarios que han sido cooptados por el secesionismo. Buena muestra del abuso institucional es el proceso judicial paralelo que están realizando los medios de comunicación públicos catalanes, donde se defienden a diario las tesis de las defensas y se responde y ridiculizan las de la Fiscalía y las acusaciones. También lo reflejan las elecciones sindicales del personal administrativo y técnico de la Generalitat, en las que ha obtenido el mayor número de delegados un sindicato independentista, hasta ahora hiperminoritario, que lidera un veterano de la violencia política condenado por asesinato.

Torra es un presidente hundido. Cataluña debe ir cuanto antes a las urnas, sin esperar nuevas coyunturas favorables para el oportunismo independentista. El precio a pagar en desconfianza hacia la política, en el deterioro de las instituciones y en el desgobierno es insoportable.