jueves, 20 de septiembre de 2018

¿Dónde está el escándalo?

El diario El Periódico, en su página El Tablero Catalán, publica un conciso y claro artículo firmado por Joaquim Coll, en el cual se pregunta a qué se debe tanto escándalo con respecto a los Chats privados de unos  jueces entre sí,  opinando sobre " el procés".  

Efectivamente, se ha provocado, según nuestro criterio, el de elblogdefcosvi, todo un inapropiado alboroto lleno de cinismo y fariseísmo, todo un habitual en los de la argucia política disfrazada de independentista y de todo lo que haga falta y más para continuar en el poder y mantener el statu quo de todos sus muchos acólitos. Pues solo se trata de eso.   A añadir que tanta bulla mediática, convirtiéndolo en tema de debate diario y a todas horas,  en nuestra opinión es toda una inequívoca  señal  de lo mal que están los medios de comunicación. 

Unos jueces que en un chat privado han intercambiado   unas opiniones, en nuestra opinión, muchos somos los que coincidimos en sus criterios, incluidos políticos, medios de comunicación, periodistas, etc.    Pero....¿ cuantas opiniones y declaraciones de carácter ofensivo hacia el estado y todo lo que el representa, incluido la Justicia,  ha efectuado y está efectuando  el mayor cargo constitucional del estado en Catalunya?. Si us plau, sensatesa. 

Joaquim Coll, Barcelona. Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Barcelona, especializado en la política de los siglos XIX y XX.  Ha sido también profesor asociado en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Autónoma de BarcelonaFue presidente de la Fundación Joan Boscà. Fue uno de los impulsores de la organización de Federalistes d'Esquerres. Es colaborador en diversos medios de comunicación, como, El PeriódicoEl País, Crónica Global, etc. 

Por considerar que el articulo de El periódico firmado por Joaquim Coll, puede ser del interés de nuestros seguidores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi.


Joaquim Coll




Imagen incluida en el artículo firmado por Joaquin Coll, fotografía de José Luis Roca 





¿Dónde está el escándalo?

 Lo grave no es que unos jueces opinen en un chat, sino que cargos públicos llevaran a cabo un plan para romper el Estatut y la Constitución


por: Joaquim Coll

El Periódico

20/09/2018




Quim Torra se ha servido de un chat privado utilizado por 5.000 magistrados para cargar otra vez contra la justicia española, exigir la anulación del proceso a los líderes separatistas y llamar a la movilización de los suyos. Sinceramente, cuesta ver dónde está el escándalo en la información publicada. Un grupo de jueces conversan en un chat corporativo privado, en un momento de gran tensión por el 'procés' y, en esencia, lo que hacen es criticar el intento de liquidar la Constitución en Catalunya. Lo llamativo sería lo contrario, o la equidistancia. Es verdad que algunos utilizan expresiones fuertes, incluso ofensivas, sobre los independentistas, y manifiestan mucha inquietud por lo que está ocurriendo. Otros, en cambio, mantienen un tono moderado y llaman a la calma. Se trata de un intercambio de opiniones particulares entre una treintena de participantes. Por otro lado, ninguno de ellos, según ha revelado Montserrat Comas, portavoz de Jueces por la Democracia, participa en ninguna de las causas abiertas por el 1-O. Torra ha querido utilizar esa información en el aniversario de los hechos ante la Conselleria d'Economia para dar por rota su confianza en la justicia española. Parecería un anuncio importante si no fuera porque eso ya lo ha dicho antes incontables veces.

El escándalo no está en los jueces, tampoco en la causa que ha instruido el magistrado Pablo Llarena, aunque se pueda discrepar de la calificación penal de rebelión; lo grave fue lo que sucedió en el Parlament en septiembre del año pasado, y el intento de legitimar ese golpe a la democracia a través de un desbordamiento en la calle. Eso es lo pasó en Economía, con el secuestro de la comitiva judicial por manifestantes convocados por la ANC y Òmnium, y luego con mayor amplitud el 1-O. Nadie duda de que estamos ante un problema político, pero tampoco es bueno ignorar que los hechos en un Estado de derecho tienen consecuencias. Lo escandaloso no es que unos jueces opinen en un chat privado a calzón quitado, sino que un grupo de cargos públicos llevara a cabo un plan para romper el Estatut y la Constitución.