Argumentos Pueriles
Argumentos
pueriles
por: Francesc Costa
30 de enero del 2014
30 de enero del 2014
Es evidente que muchos de los que nos gobiernan, presiden, dirigen o representan puestos
relevantes con cierta incidencia respecto a la ciudadanía, entiendo tienen muy
poca consideración a la misma. Es un hecho prolongado en los tiempos, no con el
elevado grado de los últimos y su gran actual
incidencia, sucede en todo los países del mundo, en más o menos nivel. Si
tuvieran consideración los argumentos
pueriles con los cuales nos esgrimen constantemente
no los realizarían.
Pero me voy a referir al país que nos interesa, el
nuestro. Algunos de los que dirigen o
representan partidos políticos, instituciones, organizaciones, medios de
comunicación, entidades o simplemente
aparentemente a ellos/as mismos/as, deben de tener una idea general de la
ciudadanía en muy baja consideración, quizás porque estiman que la ciudadanía
en general no piensa por sí misma dado que se les genera el pensamiento, como
causa de responder en estos últimos tiempos únicamente a aquello que desde
determinados medios de comunicación se les incuba, sobresaliendo por
popularidad los audio visuales.
Los argumentos pueriles y falacios además de demagogos se esgrimen sin rubor alguno y
constantemente. Por lo cual se ha de llegar a
dos conclusiones:
a)
que no nos tienen ninguna consideración, dado que
piensan que únicamente respiramos por la
gran influencia mediática de todo tipo y
en general a modo de partidismo, distracción y audiencia, muy lejos de toda objetividad,
didácticismo, ilustrativo e educativo (shows de debates
políticos partidistas, deportes, distracciones, escándalos,
frivolidad, amarillismo, etc), con lo que se nos inunda cada día y a todas
horas por parte de determinados los medios de comunicación y que somos por lo
tanto incapaces de generar y tener ideas propias.
b)
que únicamente se dirigen hacia su público,
votantes, seguidores, con la aspiración de mantenerlos, afianzarlos y con la pretensión de ampliar la masa social que los sigue. Pues solo pueden aceptar a pies juntillas los
argumentos y la demagogia, los a mi
juicio respetuosos adeptos, un respeto que a su vez se merecerían recibir sin argumentos pueriles o demagogos.
Todo ello viene con relación de los últimos argumentos que estoy oyendo
tanto del Presidente del gobierno central, como del Presidente del gobierno catalán. Ambos con argumentos,
a mi criterio, carentes de
nivel político y de estado, como es el de: “mientras yo gobierne no habrá consulta ni independencia”, y el
otro con el “no nos dejan votar”, declara
aquí, allá y más allá.
Por favor, si se analiza en profundidad estos
argumentos y otros tantos que se nos están esgrimiendo constantemente, por más adeptos o no que podamos ser a una
idea u otra, tenemos que razonar, pensar
por nosotros mismos, extraer conclusiones, haciéndonos preguntas y llegando a
conjeturas, es nuestra libertad.
La ciudadanía merece recibir argumentos consistentes,
coherentes y sinceros, dado que se trata de la gran responsabilidad de crear incidencia,
influir en la misma. No se puede ni se debe utilizar ni manipular a la
ciudadanía. Además de ser argumentos totalmente
faltos, a mi juicio, de calidad política, honestidad, humildad y que a su vez cargan sobre los otros
irresponsablemente, enseñanza triste, y
a su vez cargar de argumentos con deficiente base a los adeptos.
Pero no termina aquí este hecho que no contribuye en
nada positivo, solo y únicamente a las mismas partes interesadas. Lo grave es
que poco leo y oigo de critico o denuncia a esta falta de argumentos sólidos, coherentes,
bien construidos y si de excesiva manipulación y demagogia, lo cual agrava más la triste situación, pues
permite la prolongación de la simpleza, un grave problema para cualquier país,
para la salud democrática y la libertad