ADRIAN MAC LIMAN; Escritor, autor de varios libros,
periodista y analista/comentarista de política internacional. Una vez más en su
blog Ventana al Mundo, describe en su artículo de opinión, uno de los
aspectos sobre Europa,
en estos últimos años.
Por
entender que el artículo de Adrián Mac Liman será del interés de nuestros seguidores, como
a su vez; la pregunta final que así
mismo se efectúa, lo adjuntamos en
nuestro blog.
Europa
se está resquebrajando
Por: Adrián Mac Liman
Blog: Ventana al Mundo
24/2/2016
Europa
se está resquebrajando. El viejo y ¡ay! cuán socorrido estribillo, acompaña
esta vez la avalancha de negros nubarrones, precursores de la gigantesca
tempestad que se avecina. Europa se está resquebrajando, repiten
insistentemente las fuentes transatlánticas, empeñadas en persuadirnos que la
apuesta por la unidad europea tiene los días contados. Sí, esta vez, la
advertencia nos llega de Washington, aunque también de los populistas griegos,
dispuestos a jugar a fondo la baza de la destrucción/reconstrucción de las
endebles estructuras de la Unión Europea.
Muchos
son los heraldos de la inminente desgracia, aunque distintas las partituras que
vaticinan el ocaso del sueño europeísta. Algo huele a podrido en el Viejo
Continente, aseguran las almas caritativas de Washington, Nueva York o Londres.
¿Mero catastrofismo? - Efectivamente, muchas cosas huelen a podrido en estas
latitudes. Los males que achacan a los europeos tienen nombre: crisis
económica, populismo, racismo, xenofobia, una gigantesca oleada de inmigrantes
(y no sólo refugiados) que busca el bienestar en países opulentos, unos
confines comunitarios convertidos en coladero, una nueva amenaza: el
radicalismo islámico, que se abre camino a pasos agigantados en los países de
Europa occidental. Pero hay más.
Empecemos
por la rivalidad entre los dos imperios: Estados Unidos y Rusia. Durante la
primera quincena de febrero, el exsecretario de Estado norteamericano, Henry
Kissinger, se entrevistó en Moscú con el Presidente Putin. Su cometido: tratar
de convencer a los dueños del Kremlin de la utilidad de sumarse al proceso de
globalización capitaneado por Washington. Lógicamente, ello implica el abandono
por parte de Rusia del proyecto BRICS, que preocupa tanto a los grandes bancos
estadounidenses como al propio Fondo Monetario Internacional (FMI).
Kissinger,
artífice de la crisis del petróleo que desembocó, en 1974, en la creación del
petrodólar, es un ferviente defensor de la política económica llevada a cabo
por el Partido republicano. Consciente de que un posible descalabro del sistema
financiero mundial afectaría no sólo al
futuro inquilino de la Casa Blanca, sino también y ante todo a los duendes de
Wall Street, el exsecretario pidió a los rusos que actúen con exquisita
prudencia a la hora de deshacerse de los bonos del Tesoro americanos adquiridos
en las últimas décadas. En efecto, una venta masiva podría provocar el colapso
de las instituciones financieras estadounidenses. El impacto del crac superaría
la debacle bursátil de 2008.
El
no menos sonado viaje del periodista y escritor norteamericano Robert D. Kaplan
a los Balcanes coincidió, extrañamente, con la estancia de Kissinger en Moscú.
Kaplan, que se hizo famoso a raíz de sus análisis sobre la evolución de los
países de Europa oriental tras la caída del imperio soviético, no dudó en
advertir a los políticos de la región – Rumanía, Bulgaria, Polonia, los Estados
bálticos – que Europa tiene problemas, ya que está sumida en una crisis muy
profunda, que los gobernantes
difícilmente podrán superar. Por si fuera poco, Kaplan sugiere que la clase
política de Europa oriental está cada vez más propensa a dirigir sus miradas
hacia los Estados Unidos, único protector válido y poderoso. El experiodista
independiente que pisó por vez primera el suelo balcánico en 1981, apuesta por
la vuelta de las divisiones americanas al Viejo Continente, donde, según él,
han de estar acuartelados, ya que su presencia podría disuadir al enemigo:
Rusia.
Por
su parte, el Secretario General de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg,
advierte en las mismas fechas que la OTAN dispone de armas nucleares y no
descarta su posible (aunque por ahora hipotética) utilización. Mensaje dirigido
a Moscú que, según Stoltenberg, está llevando a cabo una política agresiva.
Por
último, aunque no menos importante, es el deseo del propio Presidente Obama de
intervenir de manera directa o indirecta en la campaña del referéndum sobre la
permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. El inquilino de la Casa Blanca
tratará de persuadir a los ingleses sobre las ventajas de su pertenencia al
club comunitario. Una misión extremadamente difícil, teniendo en cuenta el
rechazo de la sociedad inglesa de su política de globalización, así como el
sentimiento generalizado de que los políticos europeos son incapaces de
gestionar los asuntos de la Unión.
Tampoco
hay que olvidar la otra cara de la moneda: Inglaterra ha sido, es y será la
punta de lanza de los intereses estadounidenses en Europa. Lo advirtió en su
momento el anglófobo general De Gaulle, lo han podido comprobar sus sucesores.
En
resumidas cuentas: ¿se está resquebrajando Europa? O, mejor dicho ¿a quién le
interesa el que Europa se esté resquebrajando?