domingo, 15 de marzo de 2020

El alto precio que aumenta de día en día

El País Semanal, adjunta un acertado, a nuestro juicio, artículo de opinión, en su columna La Zona Fantasma, firmado por el siempre adecuado Javier Marías

No sin antes, manifestar nuestra satisfacción por la publicación de dicho artículo de opinión. Línea de opinión que en estos últimos meses estaba ausente del periódico El País. Por ello y entendiendo que dicho artículo será del interés de nuestros seguidores/as, lo incorporamos en elblogdefcosvi

Habiendo comunicado en alguno  de nuestros artículos  cierto déficit  deontológico en El País, así como en otros medios de comunicación del grupo. Un incomprensible posicionamiento mediático  favorable  al PSOE Sanchista, a las decisiones y gestiones políticas del gobierno, de  su presidente, el señor Pedro Sánchez y a su vez, claramente desfavorables al resto de los partidos políticos, denominados despectivamente de derechas.  

Para elblogdefcosvi, las decisiones, la gestión política una vez transcurrido el primer mes ( 02-06-2018) del gobierno y de su presidente, señor Sánchez, han sido de  una total carencia de nivel de Estado, de baja altura política, de autoridad y de visión. Continuándose de forma más alarmante  en esta segunda etapa (07-01-2020). Sumándole  a todo ello, una irresponsabilidad y expuesta incoherencia política. Habiéndose hecho acreedor de todo descrédito político. Todo un cúmulo  de trascendentes y  anómalas incongruencias políticas, únicamente pudieran ser comprensibles, aún no fueran aceptadas democraticamente, si entre ellas hubiera un espacio de muchos años, pero no  es, a nuestro juicio, normal psicologicamente si únicamente existen semanas entre las mismas y algunas de enorme relevancia.  


Satisfacción con el periódico El País, por dicha publicación, confiando sea, como decimos los catalanes: " Una flor no fa estiu, però si primavera" y que, lo escrito por Soledad Gallego-Díaz, en su artículo del El País, del pasado día 1 sobre el periódico, no únicamente sea un deseo, sino toda una realidad, escribía Soledad Gallego-Díaz:  " Un cambio de Modelo" "Hacer El País no es fácil" " los ciudadanos necesitan información veraz y opiniones plurales, medios que respeten y busquen la verdad". Así lo deseamos elblogdefcosvi, lo cual no debe de existir ningún problema para que así sea, pues El País, ya lo poseía . 

El País, por su prestigio mediático, entendemos, no puede hacer campañas en contra de, o a favor de. A nuestro criterio, debe de investigar, informar, constatar, comunicar, entrevistar, respetar, etcétera. Lógicamente y siendo empresa privada, dentro de su ideario o línea editorial, pero no con la predisposición a ello, sino a la periodística, a su código deontológico. El consumidor de El País, debe de informarse, reflexionar y posicionarse, si así lo desea. El País, no puede ser, por citar, una CCMA (TV3, 3/24Catalunya Ràdio, etcétera), con el agravante de que , este medio de comunicación,es público.

Javier Marías ( 20-09-1951-Madrid), Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid. escritor, traductor y colaborador del periódico, El País. Ejerció de profesor de literatura Española en la Facultad de Lenguas Modernas y Medievales en la Universidad de Oxford, en el Wellesley College de Boston, así como lo fue de teoría de la Traducción en la Universidad Complutense de Madrid.  Es miembro de la Real Academia Española.  Javier Marías es autor de numerosos libros, publicados en varios países y en diversos idiomas. habiendo recibido el reconocimiento internacional. Obteniendo el mérito del  prestigioso sello inglés Penguin, incorporando siete de sus libros, relatos y ensayos.   



Javier Marías





La zona Fantasma 

por: Javier Marías

15/03/2020  



Uno de los lemas más repetidos por la actual coalición de Gobierno es que éste emerge de las urnas, y por tanto de la voluntad de los ciudadanos. Técnicamente —mejor dicho, burocráticamente— es así, pero la frase es del todo falsa. Va pasando el tiempo y muchos de los que el 10 de noviembre votamos al PSOE todavía aguardamos alguna explicación. Lo votamos tras la promesa (del 20 de septiembre, sólo cincuenta días antes de las elecciones) de que Sánchez no gobernaría en ningún caso con Podemos, incluida su famosa afirmación de que, si se plegara a ello, ni él ni la mayoría de los españoles dormiríamos tranquilos. Ni siquiera partidarios de Podemos, subrayó. Dos fechas después del 10-N se apresuró a sellar con abrazos la alianza a la que jamás iba a prestarse.

A estas alturas no sabemos ni por qué ni a cambio de qué. Con un desprecio que ha convertido en respetuosas las actitudes despectivas de Rajoy, y que lo equipara más bien con Aznar, no se ha dignado comunicarnos la veloz evolución que sufrió. De hecho, su Presidencia es ya, en tan corto espacio de tiempo, la más oscura y opaca conocida en democracia. Se nos escamotea en qué consiste esa pamema llamada “mesa de negociación” para Cataluña, y se nos oculta qué ofrece el Gobierno a quienes —­es cosa sabida— jamás se van a dar por contentos y además son naturalmente desleales, como reconoció ante el Congreso la diputada Bassa, de ERC: “La gobernabilidad de España me importa un bledo”. No se entendía, entonces, qué diablos hacía allí ni por qué cobraba del erario.

Pero poco a poco vimos, a la fuerza, cuánto costaba el apoyo de los escuálidos 35 escaños que le quedaron a Podemos tras su último retroceso. El precio era carísimo: una vicepresidencia y nada menos que cuatro ministerios. De esos cinco nombramientos, dos iban a parar al mismo domicilio, en una muestra más de una “industria” muy arraigada en España, la conyugal. (Por mucha valía que se atribuya a dos cónyuges, deberían evitar estos acaparadores repartos, porque pintan mal indefectiblemente.) Vimos cómo esos ministros, a su vez, contrataban a secretarios y subsecretarios de sus filas, de manera que no son pocos los dirigentes podemitas con buenos sueldos a cargo del contribuyente. Pero no parece que el precio terminara aquí. Desde que el Gobierno echó a andar, el Vicepresidente para asuntos sociales, Iglesias, se ha inmiscuido en cuanto no es de su competencia, con el beneplácito de su jefe (supuesto). Se insertó en la pamema catalana. Desplazó al Ministro de Agricultura en las protestas del campo, metió la pata, empeoró la situación y, con demagogia de activista puro, imitó a Torra e instó a los agricultores a “seguir apretando, porque lleváis razón”. Seguramente la lleven, pero en aquellos momentos estaban cortando e incendiando carreteras, y resulta inaudito que desde el Gobierno se los alentase a infringir la ley.


"Sigo esperando explicaciones que no me dan. A este Gobierno que nos han colado con mala fe, jamás lo habría votado"


Nadie ignora los fuertes vínculos de Podemos con el golpista Hugo Chávez y —menos flagrantes— con el dictador Maduro, y, oh casualidad, la política exterior española viró respecto a Venezuela, rebajando a los opositores de ese país. ¿También se permite que Podemos dicte la diplomacia? ¿También eso es parte del altísimo precio nunca especificado? Iglesias manifestó hace tiempo que quería para sí RTVE y el CNI, los servicios secretos. Se le dijo que ni hablar. Pero ahora se han maquillado leyes para que esté en la comisión que controla al CNI. Tampoco aquí ha habido explicación. Pero cualquier votante mínimamente informado ve consecuencias preocupantes. ¿Es prudente que esté al tanto de todos los secretos de Estado quien siente como misión acabar con la monarquía parlamentaria y el “régimen del 78? Ante una nunca descartable reavivación de ETA o de un grupo afín irredento, ¿es de fiar quien se amiga sin cesar con Bildu y se funde en abrazos con Otegi, “ese hombre de paz? ¿Quien, en la última o penúltima Diada, gritó a voz en cuello “Visca Catalunya lliure!”, como si estuviera oprimida? ¿Quien recibió financiación iraní para un programa de televisión, según se cuenta —no sé— por doquier? Tener a alguien así en la comisión del CNI convierte a nuestros servicios secretos en indignos de confianza para los de los demás países, en una época en la que el intercambio de información entre ellos es vital para protegerse de atentados yihadistas o de las injerencias de Putin para minar y destruir la Unión Europea. Por lo visto la CIA, el MI5 y el MI6 británicos, los alemanes, no digamos el Mossad, dudan que puedan permitirse colaborar más con el CNI.

Uno ya no sabe si es que el precio de Podemos aumenta de día en día o si el cuento del insomnio fue una escenificación destinada a engañar. Es decir, si ya Sánchez sabía entonces lo que acabaría haciendo: en cincuenta días no se cambia diametralmente de postura. Sea como sea, este Gobierno no puede ser resultado de nuestra voluntad, cuando demasiados fuimos a votar condicionados por graves mentiras, creyendo exactamente lo contrario de lo que se nos ha endilgado. No sé otros, pero yo sigo esperando explicaciones que no me dan, porque me siento personalmente estafado. A este Gobierno que nos han colado con mala fe, jamás lo habría votado.