sábado, 8 de diciembre de 2018

La Copa Libertadores









Humillación y humillación

Por pura desconsideración hacia los aficionados de los países sudamericanos que integran la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), la final de la Copa Libertadores se jugará en Madrid- España

 
Por: Francesc Costa

a 08/12/2018

No pertenezco a la hermosa y rica Sudamérica, simplemente soy un ciudadano español, catalán de España, sinceramente tampoco soy muy aficionado al futbol y de interesarme por algún partido de futbol, salvo alguna excepción, me inclino por ver aquellos en los que participa el Barça, el de mi ciudad, Barcelona. El equipo de fútbol de los grandes jugadores, Kubala, Cruyff (a su vez gran entrenador e inteligente), el maravilloso Messi, el del puro arte, sus enormes jugadas, su driblar y el dominio del balón, así como otros muchos que han hecho grande al Club catalán.

Lo que sí creo, lo cual se me acentúa con el sumar de los años, es de ser un ciudadano sensibilizado por todo aquello que considero una ignominia hacia la ciudadanía, y lamentando que sean tantas las que se producen, se sufren aún en la actualidad y que la ciudadanía las pueda admitir sin ni tan siquiera reflexionar, dado el mucho y reiterado medio de comunicación accesorio, el cual impide ver lo que hay realmente detrás.  Y es así en más o menos grado, en una mayoría de los países, algunos denominados y autodenominados de democráticos, pero de ellos, demasiados con enormes déficits de ello, tanto por parte de sus gobiernos, como de organismos, entidades, asociaciones, grupos, juntas, etc. Tomándose excesivas determinaciones totalmente arbitrarias, debidamente disfrazadas de falsos argumentos, contando con la complicidad de los hoy, mayoritaria sumisión de los medios de comunicación. Menoscabándose no únicamente a los propios artífices, aunque a éstos poco o nada les importa ante el objetivo pretendido, que no es otro que el beneficio partidista. También todo un menoscabo general para el propio País, y…. ¡cómo no! especialmente para la propia ciudadanía en general, a la cual ofenden, desconsideran y desalientan, la misma que en su día les depositó la confianza mayoritaria, permitiéndoles por ello, acceder al cargo.

Lo expuesto tiene relación con la final de la Copa libertadores 2018, entre el River Plate y el Boca Juniors, que mañana domingo se celebrará de repente, inusualmente y por ello, causa de todo tipo de recelos, en la capital de España, Madrid. Un hecho que, a mi criterio, es toda una bofetada de los países organizadores hacia sus respectivas ciudadanías, a aquellos/as aficionados/as sudamericanos al deporte rey; el fútbol, y primordialmente a los seguidores y socios de los dos equipos finalistas, los cuales muchos de ellos se han visto enormemente perjudicados, especialmente los más de 66.000 ciudadanos/as que adquirieron su entrada, bien por la vía natural o a través de la reventa para presenciar la final en el Estadio Antonio Vespucio Liberti, conocido por el Estadio Monumental de Buenos Aires, propiedad del Club Atlético River Plate.  A los primeros se les devolverá el importe, pero con  la opción de que abonando un importe muy superior podrían trasladarse a ver la final entre el River Plate y el Boca Juniors a Madrid (opción no tan factible, tanto por la cuestión del bolsillo, como por el hecho de la gran distancia, dado que al día siguiente, mayoritariamente habrá que acudir al trabajo, etc.) y con respecto a los segundos, los que hayan adquirido la entrada a través de la reventa, lo ignoro, pero…...no lo tendría tan seguro. En definitiva, todo un enorme perjuicio económico y emocional, que además ha llenado, principalmente a la afición sudamericana, de todo auténtico estupor.

Diez son los países sudamericanos organizadores de la Copa Libertadores 2018 y pertenecientes a La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), y son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Ninguno de ellos ha sido capaz de organizar la final de La Copa Libertadores. Toda una enorme vergüenza colectiva, así es en mi opinión, que afecta directamente a los gobiernos de los países pertenecientes a La Confederación Sudamericana de Fútbol, a la propia entidad organizadora, Conmebol, a las propias fuerzas de seguridad de los países miembros y muy  principalmente al gobierno de Argentina, el cual ha sido tan solo hace unas jornadas el país anfitrión de la decimotercera cumbre del G-20, donde se han reunido en Buenos Aires, los gobernantes más poderosos del mundo, y que para ello el gobierno argentino movilizó a unos 22.000 efectivos de seguridad. Pero siendo extrañamente incapaz de poder controlar, sujetar, detener a 300, 600 o 700 aficionados ultras de los dos equipos participantes en la final.

Es tanto el asombro y la suspicacia existente entre la ciudadanía, primordialmente la sudamericana y mayoritariamente por parte de los aficionados al futbol, esencialmente  la de los dos equipos finalistas, el River Plate y el Boca Juniors, que los medios de comunicación más independientes del mundo, principalmente los  sudamericanos , han hecho y están haciendo una lectura muy crítica, y con toda la razón, ante todo lo acontecido y lo mucho que habrá que objetar sobre que la  final de la Copa Libertadores se juegue en Madrid, España.

Una Copa Libertadores, que debe su denominación a los héroes de la independencia de los pueblos sudamericanos del que fue en su día el imperio español, finalizándose su dominio aproximadamente, el año 1826. Son muchísimos los ciudadanos, aficionados y medios de comunicación, en especial sudamericanos, que han denominado esta Copa Libertadores 2018, como la Copa de los Conquistadores. En mi opinión; toda una humillación, los intereses económicos han prevalecido a los de país y también a la de sus respectivas ciudadanías. De existir dignidad, que no dudo la haya, la ciudadanía debería tomar nota sobre aquellos que, en su día gracias a su apoyo, accedieron al gobierno, mando, dirección, ejecutiva, cargos que en democracia generalmente se tienen que revalidar dentro de un cierto período. Y ello debería de ser así, el tomar nota, hasta para él o la más incondicional hincha de un equipo de fútbol, pues la dignidad es el valor y derecho innato, inviolable de todo ser humano, éste debe de ser respetado, y nos tenemos que hacer respetar. Un hecho, reconocido jurídicamente en la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada en 1948.

En cuanto al gobierno de España, en mi opinión, hubiera sido mucho más positivo y seguramente la ciudadanía sudamericana en general se lo habría agradecido, más cuando España tiene cierta influencia entre los países sudamericanos, que el gobierno español hubiera mediado con los mismos, con el fin de que la Copa Libertadores se efectuara, como es lo propio, en Sudamérica (A menos que no se hubiera organizado y anunciado desde un principio, que como promoción de la Copa Libertadores, la final se jugaría en España). Ello hubiera sido, según mi criterio, más idóneo que ofrecerse, según señalan algunos medios de comunicación, a que se jugara la final de la Copa Libertadores en Madrid.  Pero imagino que, para el actual gobierno de España ante tantísimo desconcierto, convulsión política y social, incluyéndose también, la que se provoca desde el propio gobierno, éste incapaz de marcar gol político alguno a tanta portería desatinada, y si paradójicamente en la propia portería.  Por todo ello, la celebración de La Copa Libertadores en España es toda una pequeña porción del bálsamo de Fierabrás con respecto a la ciudadanía española. Posiblemente y con la oportuna colaboración de determinados medios de comunicación, olvidarán por unas jornadas tanto caos político y para mayor inri, incluida la existencia de una total osadía y enorme desacato político.