Humillación y
humillación
Por pura desconsideración hacia los aficionados de los países
sudamericanos que integran la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol),
la final de la Copa Libertadores se jugará en Madrid- España
Por: Francesc Costa
a 08/12/2018
No pertenezco a la hermosa y rica Sudamérica, simplemente soy un ciudadano español, catalán de España, sinceramente tampoco soy muy
aficionado al futbol y de interesarme por algún partido de futbol, salvo alguna
excepción, me inclino por ver aquellos en los que participa el Barça, el de mi ciudad, Barcelona. El equipo de fútbol de los
grandes jugadores, Kubala, Cruyff (a su vez gran entrenador e inteligente),
el maravilloso Messi, el del puro
arte, sus enormes jugadas, su driblar y el dominio del balón, así como otros
muchos que han hecho grande al Club catalán.
Lo que sí creo, lo cual se me acentúa con el sumar de los años,
es de ser un ciudadano sensibilizado por todo aquello que considero una ignominia hacia la ciudadanía, y
lamentando que sean tantas las que se producen, se sufren aún en la actualidad
y que la ciudadanía las pueda admitir sin ni tan siquiera reflexionar, dado el
mucho y reiterado medio de comunicación accesorio, el cual impide ver lo que
hay realmente detrás. Y es así en más o
menos grado, en una mayoría de los países, algunos denominados y autodenominados
de democráticos, pero de ellos, demasiados con enormes déficits de ello, tanto
por parte de sus gobiernos, como de organismos, entidades, asociaciones, grupos,
juntas, etc. Tomándose excesivas determinaciones totalmente arbitrarias, debidamente
disfrazadas de falsos argumentos, contando con la complicidad de los hoy,
mayoritaria sumisión de los medios de comunicación. Menoscabándose no
únicamente a los propios artífices, aunque a éstos poco o nada les importa ante
el objetivo pretendido, que no es otro que el beneficio partidista. También todo
un menoscabo general para el propio País,
y…. ¡cómo no! especialmente para la propia
ciudadanía en general, a la cual ofenden, desconsideran y desalientan, la misma
que en su día les depositó la confianza mayoritaria, permitiéndoles por ello, acceder
al cargo.
Lo expuesto tiene relación con la final de la Copa libertadores 2018, entre el River Plate y el Boca Juniors,
que mañana domingo se celebrará de repente, inusualmente y por ello, causa de todo
tipo de recelos, en la capital de España,
Madrid. Un hecho que, a mi criterio,
es toda una bofetada de los países organizadores hacia sus respectivas ciudadanías,
a aquellos/as aficionados/as sudamericanos al deporte rey; el fútbol, y primordialmente a los seguidores y socios de los
dos equipos finalistas, los cuales muchos de ellos se han visto enormemente
perjudicados, especialmente los más de 66.000
ciudadanos/as que adquirieron su entrada, bien por la vía natural o a través de
la reventa para presenciar la final en el
Estadio Antonio Vespucio Liberti, conocido por el Estadio Monumental de Buenos
Aires, propiedad del Club Atlético
River Plate. A los primeros se les
devolverá el importe, pero con la opción
de que abonando un importe muy superior podrían trasladarse a ver la final entre
el River Plate y el Boca Juniors a Madrid (opción no tan factible, tanto por la cuestión del
bolsillo, como por el hecho de la gran distancia, dado que al día siguiente, mayoritariamente
habrá que acudir al trabajo, etc.) y con respecto a los segundos,
los que hayan adquirido la entrada a través de la reventa, lo ignoro, pero…...no
lo tendría tan seguro. En definitiva, todo un enorme perjuicio económico y
emocional, que además ha llenado, principalmente a la afición sudamericana, de todo
auténtico estupor.
Diez son los países sudamericanos organizadores
de la Copa Libertadores 2018 y
pertenecientes a La
Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), y son: Argentina,
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Ninguno
de ellos ha sido capaz de organizar la final de La Copa Libertadores. Toda una enorme vergüenza colectiva, así es en
mi opinión, que afecta directamente a los gobiernos de los países pertenecientes
a La Confederación Sudamericana de
Fútbol, a la propia entidad organizadora, Conmebol, a las propias fuerzas de seguridad de los países miembros
y muy principalmente al gobierno de Argentina, el cual ha sido tan solo
hace unas jornadas el país anfitrión
de la decimotercera cumbre del G-20,
donde se han reunido en Buenos Aires,
los gobernantes más poderosos del mundo, y que para ello el gobierno argentino movilizó
a unos 22.000 efectivos de
seguridad. Pero siendo extrañamente incapaz de poder controlar, sujetar,
detener a 300, 600 o 700 aficionados ultras
de los dos equipos participantes en la final.
Es tanto el asombro y la suspicacia existente entre la
ciudadanía, primordialmente la sudamericana y mayoritariamente por parte de los
aficionados al futbol, esencialmente la de
los dos equipos finalistas, el River
Plate y el Boca Juniors, que los
medios de comunicación más independientes del mundo, principalmente los sudamericanos , han hecho y están haciendo una
lectura muy crítica, y con toda la razón, ante todo lo acontecido y lo mucho
que habrá que objetar sobre que la final
de la Copa Libertadores se juegue en
Madrid, España.
Una Copa Libertadores,
que debe su denominación a los héroes de la independencia de los pueblos sudamericanos del que fue en su día el
imperio español, finalizándose su
dominio aproximadamente, el año 1826.
Son muchísimos los ciudadanos, aficionados y medios de comunicación, en
especial sudamericanos, que han denominado esta Copa Libertadores 2018, como la Copa de los Conquistadores. En mi opinión; toda una humillación, los
intereses económicos han prevalecido a los de país y también a la de sus respectivas ciudadanías. De existir
dignidad, que no dudo la haya, la ciudadanía debería tomar nota sobre aquellos que,
en su día gracias a su apoyo, accedieron al gobierno, mando, dirección,
ejecutiva, cargos que en democracia generalmente se tienen que revalidar dentro
de un cierto período. Y ello debería de ser así, el tomar nota, hasta para él o
la más incondicional hincha de un equipo de fútbol, pues la dignidad es el
valor y derecho innato, inviolable de todo ser humano, éste debe de ser
respetado, y nos tenemos que hacer respetar. Un hecho, reconocido jurídicamente
en la Declaración Universal de Derechos
Humanos aprobada en 1948.
En cuanto al gobierno
de España, en mi opinión, hubiera
sido mucho más positivo y seguramente la ciudadanía sudamericana en general se lo
habría agradecido, más cuando España
tiene cierta influencia entre los países sudamericanos, que el gobierno español hubiera mediado con
los mismos, con el fin de que la Copa
Libertadores se efectuara, como es lo propio, en Sudamérica (A menos que no se hubiera organizado y anunciado desde un
principio, que como promoción de la Copa
Libertadores, la final se jugaría en España).
Ello hubiera sido, según mi criterio, más idóneo que ofrecerse, según señalan
algunos medios de comunicación, a que se jugara la final de la Copa Libertadores en Madrid.
Pero imagino que, para el actual gobierno
de España ante tantísimo
desconcierto, convulsión política y social, incluyéndose también, la que se provoca
desde el propio gobierno, éste
incapaz de marcar gol político alguno a tanta portería desatinada, y si paradójicamente
en la propia portería. Por todo ello, la
celebración de La Copa Libertadores
en España es toda una pequeña
porción del bálsamo de Fierabrás con
respecto a la ciudadanía española. Posiblemente y con la oportuna colaboración de
determinados medios de comunicación, olvidarán por unas jornadas tanto caos
político y para mayor inri, incluida la existencia de una total osadía y enorme
desacato político.