viernes, 3 de marzo de 2017

Teatro burlesco




Teatro burlesco

Por: Francesc Costa

a 03/03/2017


El teatro burlesco, un subgénero dramático, tuvo todo su máximo esplendor  en el Siglo de Oro (XVI-XVII) español, obviamente incluida Catalunya. En el teatro burlesco existía en muchas de sus obras ciertas influencias  de la antigua comedia griega, incluido el coro. El teatro burlesco poseía obras muy corales, personajes que frecuentemente tenían individualmente o en grupo un papel preponderante, significativo para la obra. 

Se denominó burlesco  por lo disparatado de sus obras, por sus parodias carnavalescas , por su continuado absurdo. No obstante a todo ello a denominarse, teatro cortesano, pues no únicamente se interpretaban las obras en las plazas públicas o teatros de segunda fila, también ante la corte y su entorno.

El teatro burlesco del Siglo de Oro,  sus autores, en cierto modo fueron precursoras de las  distintas obras literarias europeas, muchas de ellas  teatralizadas en los diversos escenarios de Europa, como por ejemplo en Francia,  principalmente con  la llamada Opéra-Comique, como en Italia, preferentemente con la Ópera Buffa, o en Inglaterra, destacándose su Restoration Comedy, aunque ésta sufrió muchos años de dificultades para poder ser representada a causa de determinados pensamientos ideológicos, puritanos  y religiosos.

El teatro burlesco, sus obras, sus representaciones se prolongaron hasta el siglo XVIII, pero ya en línea descendente. El teatro burlesco, también denominado; comedia burlesca, de chanza o satírica, estando calificado de teatro de inferior grado,  dado que predominaba la parodia, el disparate, la confusión, la incoherencia, la inconsecuencia, las imposibilidades lógicas, las perogrulladas, el esperpento, la falta de decoro, hipérboles absurdas, verbalizaciones ridículas y la degradación de un todo. No obstante el Teatro burlesco tuvo destacados autores, al igual que compositores. Fue un género teatral totalmente popular, exitoso y a su vez alejado de todo convencionalismo. Su función principal era conseguir las risas del público, pero también, como ya he citado; la de la corte y su entorno.

La representación del muy reiterado disparate, la de un mundo al revés, la ruptura con el decoro, la carencia de las  formas, las constantes pullas, la inversión de los valores junto lo citado en el parágrafo anterior, eran las  claves características de estas obras de teatro burlesco, el cual finalizó hace aproximadamente tres siglos, el XVIII. Siglo también denominado; siglo de las luces, siglo el cual, se prefiguró lo que posteriormente ocurriría en las revoluciones del siglo XIX, pero…esta es otra historia.
 
Han transcurrido más de tres siglos desde que finalizó el teatro burlesco, pero…en mi opinión,  hace aproximadamente más de cinco años,  en más o menos grado, de norte a sur y del este al oeste de España, este género ha resurgido con fuerza. No debido a que  de nuevo las compañías teatrales, tanto profesionales como de aficionados estén representando obras del  teatro burlesco, de Ópera cómica o de Ópera bufa en los grandes teatros o bien en escenarios populares, al aire libre de nuestras ciudades y pueblos, ¡no!, se está representando mayoritariamente por el  mundo político, desde determinados parlamentos, instituciones, platós de televisión, aforos teatrales, etc, como  en ocasiones en  las propias calles o plazas de nuestras ciudades y pueblos.

Para el pueblo, toda esta enorme representación, al contrario de nuestros antepasados, aparentemente les resulta “gratis”. ¡Se paga, y tanto que se paga!, y...en muchos aspectos, incluido el tributario. 


Seguramente una de las finalidades del teatro burlesco es la misma que la del pasado; distraer al pueblo, pero en la actualidad, además de esta intencionalidad, existen otras, entre las mismas;  provocar el constante desvío de la mirada, impedir ver, por lo cual; la  imposibilidad de enjuiciar la realidad. Extraños ingenuos, la ingenuidad también se paga.

“Es bueno para el corazón ser ingenuo, y para la mente no serlo”

Anatole François Thilault, 17/06/1880, Cedar Rapids, Iowa, EE.UU - 12/10/1924 Saint-Cyr-sur-Loire, Francia- escritor, premio Nobel de Literatura en el 1921



Ayer sirvió para distraer al pueblo de la mayoritaria  hambruna, hoy y han pasado siglos, lo que a mi juicio es; toda una vergüenza que los ciudadanos y las ciudadanas mayoritariamente se deje distraer, encandilar con  las diversas obras burlescas que se están representando. Más cuando debería de existir, y entiendo que así es; una diferencia enormemente considerable como lo es la cultura y el conocimiento, por más que se esté intentado mitigar el razonamiento. Impidiéndoles y alejarlos de cualquier realidad, que entre otras, una de prioritaria, que  no es otra que la existencia de enormes urgencias sociales, las cuales no aparece reflejado en la actual  obra burlesca (ayer si se reflejaba, pero la enorme ignorancia impedía se percataran). Un aproximado 33% de nuestros coterráneos al borde de la extrema pobreza, más en la cola que habrá que añadir; un aproximado 12% de la ciudadanía, cerca de alcanzar el borde, y no cesará. 

Debo de pensar, que una mayoría de la ciudadanía si tendrá conocimiento de que ello es consecuencia de las políticas que se han y se están ejerciendo. Que se está viendo que pocas o prácticamente ninguna es la prioridad ni voluntad política existente para enmendar la grave trágica situación social que afecta, nos está afectando y de la cual; poco se vislumbra de positivo para la sociedad en general. Nuestros políticos únicamente están ocupados, centrados  en la representación de la obra burlesca.


También existen dos importantes diferencias respecto al teatro burlesco del siglo de oro, la primera.- hoy de forma mayoritaria a la ciudadanía al contrario que nuestros antepasados que reían en las representaciones, en el presente, la muy continúa y acaparadora representación de la obra burlesca, les debería hacer llorar. Obra burlesca escrita y representada para un único interés propio. Y la segunda.-  el enorme costo y daño que se está produciendo  sobre las instituciones, el sistema democrático, político, económico y social.


Parece que aquí los únicos que ríen, se está viendo, son los principales actores y demás miembros del cuadro escénico de la obra burlesca, más los muchos  implicados. Les hace una enorme gracia representarla, poco importa el triste panorama existente  más allá de la compañía y de todo el cuadro escénico, mientras el público acuda. Todo son risitas, sonrisas, burletas y demagogia por doquier. No existe diferencia alguna entre acudir a una organizada manifestación, con la de acudir por estar citado/a al Palacio de Justicia, o ser acompañado o acompañada por los agentes de la autoridad al juzgado, al no haber atendido en su día la correspondiente citación judicial. Y……¡todo ello!, debidamente organizado, escenificado y arropados por un gran coro,  y sus correspondientes  juglares y juglaresas. En todos los casos debidamente publicitados por parte de determinados  feudatarios medios de comunicación, principalmente el ente público. Y… ¡cómo no!,  siempre con sus respectivos y reiterativos pre y sus posteriores post. Todo  con el fin de estimular, insuflar al público para que no deje de acudir a las funciones, adquirir entradas, que compre el argumento de la obra burlesca, que se interese por la misma, la cual dado su buen Marketing, constantemente incorpora novedades. 

A mi criterio, la obra burlesca  que ha y está invirtiendo más esfuerzos humanos, económicos, mediáticos y divulgativos  es la que se está representando desde hace más de cinco años  en Catalunya, participando actores y sus correspondientes partidos políticos, en mayor o menor grado, hasta algunos con total carencia de pundonor aun perteneciendo a la denominada izquierda.  Sin  que ello no represente que los otros partidos políticos no publicitados en el cartel, no figuren en la obra, ¡naturalmente que figuran!, forman parte, pero……únicamente como figurantes, a mi criterio, todo un vergonzoso optativo papel. También una parte importantísima, trascendental, imprescindible de la obra burlesca, son determinados feudatarios medios de comunicación, principalmente los públicos. Están dedicados en  cuerpo y alma a difundir y publicitar la obra burlesca. Son los que entrevistan a destacados miembros del coro, como así a los juglares o juglaresas, con el fin de que alaben y convenzan de las glorias de la obra burlesca. Como así de forma muy asidua a los  principales actores, ofreciéndoles  a éstos todas las oportunidades de explicarse ante una mala representación o que argumenten los porqués de las representaciones.   Son los organizadores del sinfín de  mesas de debate sobre la obra burlesca, participando mayoritariamente miembros del coro, juglares y juglaresas. Mesas en las que nunca participan los críticos teatrales. En mi opinión, son los que tienen el importante papel de provocar que la obra burlesca siga en cartel. Y ello es así, dada la mayoritaria poca cultura teatral existente, conjuntamente a la general falta de exigencia y a la credulidad de una  determinada muy importante cantidad de público. De no ser así, la función ya hace tiempo que hubiera bajado el telón.

A su vez, también existe otro aspecto muy importante a añadir, con respecto al parágrafo anterior y que no tiene nada de baladí sobre la enorme prolongación de la obra burlesca que se está representando en Catalunya, con todo su contenido y  nefastos efectos, entre los cuales también está la fomentación. No es otro que el que la obra burlesca, a su vez se representa aunque con menos persistencia e intensidad, y con idénticas claves y características, pero con bien distinta  intencionalidad, en la capital del reino; con un  mensaje  beligerante respecto a la que se interpreta en Catalunya. En la capital del reino es todo una gota a gota, suficiente que permite a su vez  alimentar, proseguir en Catalunya con la obra burlesca. Provocando a su vez, a sus autores catalanes de la obra burlesca, respecto a la que se viene  representando en la capital del reino, toda una enorme fuente de  inspiración y con ello, nuevos guiones, nuevas parodias,  pullas, etc. A su vez,  los autores de la obra burlesca que se representa en la capital del reino, hacen lo propio con la que se está representando en Catalunya.  En definitiva, ambas representaciones teatrales se realimentan, lo cual les permite continuar con las representaciones y ambas con enorme interés y asistencia de público. 


En mi opinión, será así, mientras no salga  (en la actualidad no se ver a ninguno) a la luz pública un o unos auténtico/s  y acreditado/s  crítico/s teatral/les, comprometidos con el bien general, con una alternativa de teatro serio, responsable, maduro, etc. Donde el público crezca y se desarrolle. Por todo ello, esta alternativa debe de estar dispuesta a desacreditar, desarmar  la actual obra burlesca, las, y con ella a todos los componentes de la compañía y cuadro escénico, además de los implicados. Con unos serios, honestos, acertados y creíbles argumentos. Aunque bien, cabría  la posibilidad, a mi criterio, la peor y  triste para el género teatral general, aquella que por parte de los propios autores tomen la iniciativa de colocar por conveniencia,  el rótulo de: No hay más prorrogas. Muy principalmente en Catalunya, pero sin descartar que se coloqué también desde la capital del reino, para toda  España. Dado que posiblemente la obra burlesca  ya habrá obtenido toda su rentabilidad, todo su jugo. Lo que sí estará por ver, si el jugo envasado durante estos cinco años, se venderá  la cantidad necesaria o que el consumidor  llegará a la conclusión que el jugo está  adulterado.

No existe en la Europa de larga tradición democrática, ni creo que exista a pesar de ciertos interesados augurios, ningún país que permita  representar a un gobierno cantonal, regional, del Lander, comunidad, etc,  una obra burlesca con idénticas características que la que se está  representando en Catalunya durante más de cinco años y en horario de mañana, tarde y noche durante  los siete días de la semana.