domingo, 13 de noviembre de 2016

Populismo




Populismo

Por: Francesc Costa

a 13/11/2016

Desde que el pasado día 8, en el que Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos, estamos sufriendo  un nuevo alud mediático y político lleno de fariseísmo y  demagogia sobre el populismo. Influenciando sobre el mismo a la propia ciudadanía, ésta incapaz de reconocerlo, aun a pesar del largo tiempo, que a mi juicio, se  está conviviendo con el mismo, políticamente y mediáticamente en España.

No se cesa  en los medios de comunicación de opinar y debatir sobre el populismo, en mesas de debate, donde intervienen mayoritariamente políticos, politólogos y periodistas, generalmente, en mi opinión, de nivel plano y todos al unísono. Señalándose  a Donald Trump como un populista, así como de los populismos existentes en Europa y el enorme peligro que ello representa, tanto  el populismo de derechas como de izquierdas. (Glup) Como si el capitalismo neoliberal  salvaje que estamos sufriendo, no lo estuviera ya siendo de peligroso y mucho.  Siendo a su vez  enormemente cínico  que  principalmente se esté etiquetando a Podemos como populismo de izquierdas. No etiquetando a nadie de la derecha, no mirando hacia ningún otro lado más, dirigiendo  directamente  sus miradas hacia el  resto de Europa.

  
A mi criterio, una total incapacidad del mayoritario  alud mediático, con coro incluido, además del político, para analizar en profundidad los porqués, de que una gran cantidad de ciudadanos y ciudadanas se inclinen por otras opciones políticas, fuera de las tradicionales. Las opiniones vertidas, a mi juicio, están llenas de demagogia y de ficticismo, al estar impedidos en nombrar las reales causas. El motivo, a mi opinión, es que  mayoritariamente pertenecen al enorme y complejo; statu quo.

Todo un rasgarse las vestiduras de la forma más farisaica, por el populismo que dicen representa el señor Donald Trump,  que además, aprovechando que el  río Pisuerga pasa por Valladolid, osadamente extienden el populismo a todo oponente. Como decimos en Catalunya; “Embolica que fa fort” (todo vale, todo mezclado, hay que sujetarse bien los cordones). Con respecto a la ciudadanía no es así, lo definiría como la consecuencia de un buen trabajo, la capacidad de influenciar, junto la de esparcir confusión e ignorancia. Todo un enorme daño, aunque así no se perciba por una  parte de  la ciudadanía, para el  País.  Sin duda alguna toda una malformación del sistema democrático, pero a su vez; tierra muy fértil para cualquier populismo
 
Todo un grave problema, pues ello es un seguro de todo un continuar con el populismo político. En mi opinión; existente en más o menos grado en todos los partidos tradicionales, incluido los emergentes, uno sin duda más que el otro. No habiendo obstáculo alguno para que ello no  prosiga,  dado principalmente a la carencia de un proyecto político de izquierdas, sin complejos,  realista y con visión, donde el eje principal sea el ciudadano y la ciudadana, como consecuencia; el País.  

Como diría aquel, en este escrito de opinión no toca, tocará en otro opinar del triunfo del señor  Donald Trump, como del fracaso de la señora Hillary Clinton.  Pero si toca decir que un total de 60.350.241 millones de ciudadanos y ciudadanas estadounidenses se inclinaron por la opción Donald Trump. Que de los 51 estados, 31 de ellos se inclinaron por Donald Trump. Ciudadanos y ciudadanas que se merecen un respeto, y que sin duda, tendrán sus motivaciones, las cuales está totalmente claro, que no lo fueron por las influencias mediáticas, como así sucede en otros entornos geográficos, en mi opinión, entre otros países, por ejemplo en la autonomía de  Catalunya, como en  el resto del estado  Español.

Evidentemente que estoy en contra de cualquier lenguaje o actitud ofensiva, la utilice el señor Donald Trump o cualquier otra persona, sea o no político/a. Lo que sin duda alguna, en el caso del  presidente electo, no es la mejor ejemplaridad para un cargo de tanta altura y responsabilidad.  No obstante, pienso que es igual de insultante, de falta de respeto que me digan tonto, como que me tomen por tonto.

Populismo, pero….¡si lo tenemos aquí, en España!. Y además por ración doble en Catalunya.  Por lo cual debo de imaginar, que bien se debería saber lo que significa  el Populismo político y mediático, tanto por el existente en  Catalunya, como el que procede del resto de España, principalmente de la capital del reino.

Todo un populismo; el de aquí y el de allá.  Durante más de cinco años, a mi juicio, una ciudadanía, introducida en toda una enorme atmósfera de osado populismo político mediático, una  enorme  y continuada manipulación dirigida a crear un único pensamiento y para ello; todo vale, lo blanco es negro, el arriba es abajo, el norte es el sur y lo que está mal, se convierte en bien. Y con todo ello; en estos últimos años, aparece de nuevo;  la figura de los “malos”, aquellos que nos quieren dañar. Todo un puro populismo.  

Hoy domingo, día 13, ha acontecido una nueva  acción Populista, una más de las tantas que se están viviendo. Ha sido en Barcelona, capital, en la  plaza de España, frente a Montjuic. El motivo de la misma;  denunciar la “persecución” judicial a cargos electos independentistas.

Manifestación organizada por las subvencionadas, es decir; dinero de todos los catalanes, entidades Asamblea Nacional Catalana y Ómnium. Además de la Asociación de Municipios por la Independencia.  Manifestación previamente debidamente publicitada por los medios de comunicación públicos, retransmitida en directo y reiteradamente emitida en los diversos informativos y así se continuará por días, en las correspondientes mesas de debate unicolor. En mi opinión todo un acto de populismo, demagogia y manipulación.




Letrero de convocatoria a la manifestación


Muchísimos autocares procedentes de las distintas provincias de Catalunya, aparcados en las calles próximas a la Plaza España, que transportaban ciudadanos y ciudadanas, facilitando su presencia a la manifestación reivindicativa. Los carteles adheridos en el  parabrisas de la mayoría de los  autocares, señalaban: Per la Democràcia, Defensem les nostres institucions.  todo un 100% de populismo y de demagogia.

¿Por la democracia ?, ¿ la defensa de las Instituciones? .  Pero….a que democracia se refieren, dado que a mi juicio, hay mucho de antidemocrático en todo lo que se está produciendo por la independencia.  Como también, a mi criterio, en gran parte, quien pone en riesgo y expone las instituciones catalanas son los principales actores del independentismo, convirtiendo éstas, en todo un instrumento al servicio de una única idea.

La manifestación, es para que la ley vigente, o las sentencias  judiciales no tengan efecto alguno sobre los cargos públicos catalanes favorecedores a la independencia. Al resto de los mortales, evidentemente sí. Este es el sentimiento democrático existente.  Por lo visto, al parecer en Catalunya, los cargos políticos favorecedores a la independencia, el cumplimiento de la legalidad, no va con ellos, tienen patente de corso, pudiendo hacer, deshacer, decir, ejecutar  lo que les plaza y les venga en gana. ¡Viva la Pepa¡. Pero….he aquí lo que considero grave, es que unos 80.000 ciudadanos/as, que son los que acudieron, según la guardia urbana,  aprueban esta conducta.  Pero ¡ojo!, los de ¡Viva la Pepa! No aceptan que los otros tengan la misma libertad de expresión, como tampoco; de que puedan ejecutar acción alguna, si así lo hacen, son enormemente reprochados, tachados de antidemocrátas, e iniciándose automáticamente  la correspondiente maquinaria  mediática, con el fin de infundir este adverso pensamiento.  

Es decir y simplificándolo,  en mí criterio; la manifestación trata de defender unas determinadas actitudes, por ejemplo; “la actitud de no responder, no hacer caso alguno a una citación judicial, ni la primera que se reciba, ni la segunda”.  También la de defender; “la actitud de que la ciudadanía  pueda poner en el exterior de su casa lo que se desee, sin tener en cuenta  ordenanza o legislación alguna”. Asimismo la de defender la actitud; “de que cualquier ciudadano, independientemente de su grado social, pues todos deben ser iguales ante la ley, pueda disponer del espacio público para incitar a todo transeúnte, para que desobedezca a la autoridad.”.  Pues….es de ello, de lo que se trata, es esta la  “Persecución “judicial.  No se desea la judicialización de la política, pero se provoca, dado que no se desconoce la legislación, no hay ignorancia, además existe el preaviso. ¿Se trata de provocar, con fines partidistas?

Evidentemente hay que hablar, y ¡tanto que sí!, pero….. habrá que respetar la legalidad vigente, las reglas, las cuales, si no satisfacen, porque no permiten hacer lo que en este párrafo anterior a  modo de ejemplo se ha expuesto, habrá que cambiarlas cuando así la mayoría lo disponga. Mientras no sea así, habrá que cumplir con las leyes.

No obstante existe un cierto acobardamiento, junto con el cinismo, al desvirtuar lo que manifestaron e hicieron, cuando están solos frente a ciertos micrófonos, entonces minimizan, simplifican, superficializan, confunden. - Evidentemente que solo por permitir debatir en el Parlament de Catalunya, dudo mucho que ello atentara a la legalidad. Pero, no fue así, se decidió en el Parlament  de Catalunya, y lo que se decidió fue la causa que atentó a la legalidad. - Otro ejemplo;  sobre la libertad de expresión, es evidente que existe, de lo contrario no dirían todo lo que dicen, que no es poco y continuamente.  Pero con intencionalidad manipuladora, lo mezclan, confunden, manipulan, como así ha sido con respecto a libertad de expresión. Existía  una orden judicial para no colocar un símbolo independentista, como lo es la bandera estelada, el contradecir la orden judicial, se provocan unas consecuencias. Que no se escuden con la libertad de expresión, nada tiene que ver. En mi opinión; manipulan  a la ciudadanía.

En mi opinión, existe una manifiesta cobardía, provocada por la conciencia de que lo que están defendiendo saben que no es posible. Aun así insisten en el engaño. Lo cual provoca las lógicas inconsecuencias, no aceptándose  las consecuencias de sus actos,  sin duda todo un significado.-  Lo que dicen y hacen, es solo un objetivo de poder político, de mantenimiento en el mismo,  no es de País.-- Solo se  ha tratado, se trata de provocar mucho ruido, de continuas bravuconadas, alardeos, actitudes desafiantes, en definitiva; mover la perdiz, todo con fines partidistas.- De haber existido, poseído  el convencimiento, ya habrían declarado la independencia, saliera el sol por donde saliese. Toda una gran farsa.

Lo que no me termina, en principio de cuadrar en todo este escándalo político mediático, tan antidemocrático y  sin parangón alguno en los países de larga tradición democrática, es el papel del gobierno  central, del Partido Popular. El que debería representar el garante del equilibrio, de la imagen de España. Partido político gran perjudicado en Catalunya, pero también a la vez sin duda y gravemente;  el estado, sus instituciones y el resto de las formaciones políticas catalanas contrarias al procés, y así llevamos, más de cinco años, a mi juicio; totalmente incomprensible.

En la balanza no estoy seguro de que pesaría más; si el populismo o la enorme omisión política existente. Lo que sí estoy convencido, es del enorme fariseísmo político y mediático existente.


sábado, 12 de noviembre de 2016

Donald Trump

Adrian Mac Liman, periodista, escritor, corresponsal de diversos e importantes diarios internacionales, publica en su blog; Ventana al Mundo, otro magnifico artículo en el cual escribe sobre la victoria de Donald Trump  a la presidencia de los Estados Unidos.





Adrian Mac Liman




Me llamo Trump, Donald Trump


por: Adrian Mac Liman 

Ventana al Mundo

a 12/11/2016


Veamos. El magnate Donald Trump, extraño e impredecible multimillonario, se alzó con la victoria en las elecciones presidenciales celebradas esta semana en los Estados Unidos. Algo realmente inimaginable, por no decir, poco deseable o deseado. ¡Una sorpresa!

Para el que esto escribe, no se trata de una sorpresa. Conociendo la supina ignorancia del ciudadano norteamericano en los asuntos de estado, sus tendencias aislacionistas, su justificado (o no) egoísmo a la hora de abordar los candentes asuntos mundiales, la victoria de Trump parecía más bien predecible. Y ello, por distintas razones, empezando por la campaña de la candidata demócrata; Hillary Clinton, llevada con la habitual arrogancia de la ex primera dama, quien no intentó ajustarse a las exigencias de quienes reclamaban respuestas sinceras, argumentos creíbles, promesas de cambio. Obviamente, Hillary no les convenció. Sucedió, pues, algo chocante para una opinión pública drogada por el lavado de cerebro de los grandes medios de comunicación, hipnotizada por el discurso buenista de la Hillary Jano. La mujer con múltiples caras perdió la apuesta.

Esperando a Trump, podría titularse el vodevil que contemplaremos hasta el 20 de enero del año próximo, cuando el excéntrico potentado tomará posesión de su cargo de Presidente de la nación más poderosa del planeta Tierra.

En los puntos neurálgicos de la geopolítica, surgen interrogantes, subsisten dudas. Para algunos estadistas, los mensajes de Trump resultan inquietantes, cuando no ininteligibles.  En la región de Oriente Medio se oyen voces discordantes. Aunque para la monarquía saudí y sus aliados – Emiratos Árabes, Qatar, etc. – uno de los objetivos prioritarios sería la revisión e incluso la abrogación del acuerdo nuclear con Irán, criticado por Trump en reiteradas ocasiones, lo realmente importante sería neutralizar, véase eliminar el anti islamismo del Presidente electo de los Estados Unidos, que se había pronunciado a favor del cierre de las fronteras a los inmigrantes musulmanes.  Pese a la rectificación del propio Trump y la desaparición de los mensajes racistas de la página Internet del candidato a la Presidencia, los saudíes exigen una retractación pública e inequívoca.

Otra incógnita es la postura del futuro inquilino de la Casa Blanca frente al conflicto de Siria. Mientras Obama y la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apoyaron directa o indirectamente a los movimientos de corte islamista que combatían el régimen del Presidente Assad, el Presidente electo de los Estados Unidos parece más propenso a aceptar o tolerar la presencia militar rusa en Oriente Medio y el apoyo del Kremlin al caudillo de Damasco. ¿Acaso ello implica una mayor colaboración entre Washington y Moscú en la lucha para la eliminación del terrorismo encarnado por el Estado Islámico?

Los analistas políticos israelíes acogen con cierta cautela la victoria de Trump. Si bien para los políticos del Likud y la extrema derecha israelí, el cambio de inquilino en la Casa Blanca implica el final de las negociaciones llamadas a desembocar en la creación de un Estado palestino, los politólogos barajan la alternativa de una “neutralidad activa” de Washington, lo que supondría la aparición de nuevos e indeseados protagonistas en el escenario del interminable conflicto.

Lo que sí es cierto es que Trump seguirá la política de su antecesor, Barack Obama, apoyando le incremento de la ayuda militar norteamericana al Estado judío.

Los israelíes apuestan, asimismo, por el posible final de las presiones estadounidenses para la reanudación de las consultas con la Autoridad Nacional Palestina, lo que podría traducirse, según el ala más conservadora del Likud, en el parte de defunción del Estado palestino esbozado en los Acuerdos de Oslo.

¿Y Europa? Subsisten las incógnitas sobre las prioridades del Presidente electo en cuanto a la política de defensa del Viejo Continente. De hecho, Trump dejó entender que Norteamérica podría “cerrar” su paraguas protector, abandonando a su suerte a los países del flanco Este la de Alianza AtlánticaPolonia, Rumanía, Bulgaria y los Estados bálticos – convertidos en punta de lanza de la ofensiva estratégica de ObamaClinton hacia los confines de la antigua URSS. Trump, que desea recomponer las relaciones con Moscú, afectadas por la política de sanciones llevada a cabo por Occidente después de la crisis de Ucrania, se pronunció a favor de la retirada de algunas unidades de la OTAN estacionadas en Europa oriental, así como sobre la desmilitarización del Mar Negro. En este caso concreto, la ausencia de una protección estratégica se sumaría a otros quebraderos de cabeza de las jóvenes democracias de Europa oriental: los efectos del Brexit para sus economías, debilitadas por la reciente crisis estructural, la llegada masiva de refugiados e inmigrantes económicos procedentes de Oriente Medio y el amenazador advenimiento de movimientos populistas. ¿Será el aislacionista Trump un ejemplo para los ultranacionalistas franceses, holandeses y húngaros? El porvenir nos lo dirá.


Lo cierto es que los hasta ahora heraldos de la victoria de Hillary Clinton, reconvertidos a toda prisa en apologistas del extraño señor Trump, no dudan en hablar de un… Mundo Nuevo, llamado a acabar con los pilares del Viejo Mundo: la prepotencia, el autoritarismo y la corrupción.  Bienvenidos al mundo de Donald Trump, camaleones.   

Inequívocamente federales


El diario El País, incluye un artículo de opinión firmado por Miquel Iceta. Por considerar que el mismo puede ser de interés de muchos de nuestros lectores, lo adjuntamos en elblogdefcosvi.

Miquel Iceta, Barcelona, 1960. Desde el 1978, miembro del Partit dels socialistes de Catalunya. Ha ocupado diversos cargos públicos desde 1987, concejal, diputado en el Parlamento Español, actualmente diputado en el Parlament, ocupando el cargo de Presidente del Grupo Parlamentario Socialista. Miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOESecretario general del PSC desde el 2014, cargo revalidado el pasado 15 de Octubre.

Persona con gran conocimiento de nuestra política, hábil negociador,conciliador, trabajador, dinámico, atento, buen navegador político, y quizás, en nuestra opinión; algo conservador. Persona culta y voraz lector.  




Miquel Iceta 



Inequívocamente federales

Por: Miquel Iceta Llorens

Secretario general del Partit dels socialistes de Catalunya (PSC)

El País

A 12-11-2016


Los dramáticos episodios que hemos vivido los socialistas en los últimos meses han supuesto un mazazo para nuestro proyecto colectivo, y han sumido a nuestra militancia y a nuestro electorado en un estado de zozobra, desorientación y tristeza inédito desde el advenimiento de la democracia. Sabiendo que esto es así, a nadie —ni a los socialistas ni al país— le conviene que sigamos siendo prisioneros de una dinámica negativa y de confrontación. Lo pasado no tiene solución: lo mejor que podemos hacer es aprender de los errores y poner las bases para superarlos. Ahora, como siempre hemos hecho, toca pensar en el futuro, sobre el que sí podemos y debemos actuar. Y tenemos dos opciones: seguir profundizando en nuestra división y, por tanto, en la senda del fracaso, o comenzar a caminar hacia la restauración de la confianza y de nuestra cohesión y unidad internas.

El PSC, en su XIII Congreso, ha optado por la segunda vía. Hemos decidido que queremos seguir compartiendo un proyecto para España con el PSOE, de la misma manera que apostamos por que Cataluña siga en España para construir entre todos un futuro mejor. En un período en el que se avecina un choque de trenes institucional sin precedentes, no sobran los elementos de integración que puedan ser el germen de una concepción federal de España, en el sentido profundo de esta palabra, es decir, la unión desde el diálogo, el respeto y el reconocimiento a la diferencia, desde el pacto. Uno de estos elementos de integración, sin duda crucial, es la relación fraternal que mantenemos los socialistas catalanes con el conjunto de los socialistas españoles, con el PSOE.

Las razones por las que debemos preservar esta relación de cualquier elemento perturbador trascienden el ámbito estrictamente partidario. Estamos hablando de Cataluña y su relación con el resto de España. Se trata de perseverar en un proyecto común que apuesta por una reforma federal de la Constitución, un proyecto en el que todos cabemos y en el que se pone en valor nuestra complejidad y riqueza; consiste en seguir demostrando al pueblo de Cataluña que es posible combinar el respeto de nuestra singularidad con vías que nos permitan a los catalanes y a las catalanas participar en la gobernabilidad de España y ser coautores de su diseño y configuración. Dejarnos de lado, alejarnos de la posibilidad de compartir el proyecto colectivo del socialismo español sería un gran triunfo del imaginario independentista que tanto daño está haciendo a la relación entre Cataluña  y el resto de España. Sobre todo si la razón es haber optado por votar en contra de la investidura de los que con su inmovilismo, su cerrazón y su torpeza han avivado hasta el límite la tensión territorial, errores cuyos principales perjudicados somos los catalanes que no queremos romper con el resto de España.

Nosotros, en el PSC, estamos razonablemente satisfechos con el marco de relaciones que tenemos con el PSOE, que sin duda es revisable y susceptible de mejora. Busquemos por tanto, si es necesario, fórmulas para optimizar nuestra relación, pero no para alejarnos ni para separarnos. Y hagámoslo con perspectiva histórica, no por una reacción en caliente a una decisión traumática que se ha tenido que tomar en un contexto político muy determinado por una coyuntura política adversa. En definitiva, hagamos las cosas con prudencia política, que, como decía Aristóteles, es una virtud que consiste en tomar decisiones después de pensar, calcular, analizar y deliberar los elementos positivos y negativos de dicha decisión. Hagámoslo también pensando en cómo somos más útiles a la sociedad, buscando ante todo el bienestar del conjunto de los ciudadanos españoles, también de los catalanes. Y debemos hacerlo de tal manera que nadie pueda pensar que lo que se busca es conseguir una ventaja en una disputa orgánica interna.

Ni el PSOE puede desentenderse de Cataluña ni el PSC quiere desentenderse del resto de España. En el momento en que el órdago independentista se plantea con toda su crudeza, cuando el president Puigdemont acaba de anunciar que no asistirá a la Conferencia de Presidentes y pretende acelerar en la vía del choque, no conviene que los socialistas debilitemos nuestros vínculos fraternales y federales. Al contrario, debemos hacerlos más sólidos, más eficaces, más solidarios. Esa es la voluntad expresada por el PSC en su XIII Congreso. Queremos ser cada día más útiles, y por ello y para ello queremos seguir construyendo con todos los socialistas españoles un proyecto político democrático, social y federal.

martes, 8 de noviembre de 2016

Fanfarronades

Cristina Palomar, periodista, escriu un encertat article d'opinió al diari digital El Triangle. Per considerar que l'esmentat escrit és totalment encertat, per la qual cosa interessar als nostres lectors, el adjuntem al nostre blog. 




Fanfarronades

El Triangle

Per Cristina Palomar

a 08/11/2016

L’art de la política ens està obsequiant últimament amb una col·lecció d’ocurrències tan absurdes que no puc fer més que treure’m el barret davant tanta genialitat. Si després de la performance del PSOE ens pensàvem que ja ho havíem vist tot sobre els efectes perversos que l’ambició provoca en la dignitat humana, aquesta setmana hem tornat a viure una nova mostra de com la desesperació pot portar els polítics a perdre l’oremus. Aquesta vegada els protagonistes han estat els convergents barcelonins, emmerdats en una despietada lluita interna per substituir Xavier Trias i segons de la llista per darrere de l’incombustible germà petit de Torrente a l’hora de protagonitzar ridículs memorables.

Es veu d’una hora lluny que necessiten anar a teràpia perquè un any i mig després encara no han paït la derrota electoral i la ferida que els ha provocat la usurpació del tro per part d’Ada Colau no para de sagnar. Quina diferència amb els socialistes, tan pragmàtics i professionals ells, que no han dubtat a aparellar-se amb els Comuns a canvi de tornar a tocar poder! I és que amenaçar de nou amb una moció de censura sabent d’avançat que és impossible perquè els comptes no surten és, a més d’una fanfarronada, una mostra de l’elevat nivell intel·lectual que gasta el personal. Una vegada més, la política de curta volada es converteix en el refugi dels mediocres.

És cert que l’equip de Colau és feble i que no guanya per a disgustos a l’hora d’intentar aprovar infructuosament projectes i pressupostos sense pactar-los abans. És el que passa quan un es creu que sempre té la raó: perds el món de vista i et creus immortal com li passa al nicaragüenc Daniel Ortega. Però igual que és normal que qui mana s’ho acabi creient perquè l’ego humà produeix monstres, també és normal que l’oposició faci tot el possible per desestabilitzar el règim de l’adversari, sigui per raons ideològiques o per revenges personals. Ara bé, si parles de moció de censura has d’evitar fer el ridícul intentant sumar republicans, socialistes, populars i ciutadans a la teva peculiar croada. Que La Vanguardia et doni suport no sempre és garantia d’èxit.

L’única raó que explica, al meu entendre, que un polític amb l’experiència contrastada de Joaquim Forn s’hagi tirat a la piscina sabent que no hi ha aigua són els nervis que li provoca el procés obert a Convergència per escollir el pròxim alcaldable. De moment, sembla que la maniobra de col·locar la germaníssima Mercè Homs al capdavant de la federació barcelonina per garantir la plaça a la mà dreta de Trias ha servit de poc per parar els peus a l’ambiciós outsider Santi Vila. També és cert que la poderosa nissaga dels Homs ja no és el que era com es pot veure en el cas del trist paper del germà a Madrid florint-se al grup mixt i condemnant el partit a fer un ERO perquè s’ha quedat sense la subvenció estatal.


Plantejar un dia una moció de censura pel bé de la ciutat i l’endemà admetre que és impossible per culpa dels altres grups no és només una boutade fruit de l’estrès que provoca saber que la teva poltrona perilla. És també una mostra més de la falta d’escrúpols de la política, la d’aquí i la d’allà, on tot s’ho val per perpetuar-se en el poder. Com es pot demanar a ERC que s’arrengleri amb PP i Cs, i pretendre que el PSC marxi del govern i s’afegeixi a una aliança contra natura liderada per un partit en coma irreversible? Des del cop d’estat socialista no m’havia rigut tant.